La conjuntivitis desbanca a las diarreas en los centros de salud

Cada época del año -casi cada mes- tiene una enfermedad predominante en los centros de salud salmantinos y una de las más prevalentes en las últimas semanas está siendo la conjuntivitis.

Si en los meses anteriores abundaban las diarreas originadas por un rotavirus, o la 'enfermedad del bofetón' en las consultas de Pediatría, los médicos de familia confirman que están atendiendo numerosos casos de pacientes que llegan con los ojos inflamados y un constante lagrimeo.

«Hay bastante conjuntivitis, pero la mayoría son víricas, por lo que no hay tratamiento para el problema, pero sí para los síntomas», explican.

Este molesto problema ocular se transmite «por estornudos o por tos que hacen que una gotícula caiga en el ojo de otra persona, o también por contacto directo y después llevarse la mano a los ojos», detallan.

Los especialistas de Medicina de Familia -que son los que atienden estos casos que, por lo general, no llegan al Hospital- insisten en la importancia de no compartir objetos como toallas y gafas.

Algunos de los pacientes achacan esta infección al agua de las piscinas, aunque los médicos consideran que «en contra de lo que se piensan, no es una forma de transmisión fácil porque esa agua tiene bastante cloro». Otra cosa son las piscinas privadas que a lo mejor no tienen el mismo mantenimiento.

Existen pruebas para distinguir entre infección vírica y bacteriana, pero lo cierto es que no se hacen de forma rutinaria y el diagnóstico es más clínico: «Si hay un lagrimeo constante, pero es una lágrima clara suele tratarse de una conjuntivitis vírica. En cambio, si hay secreción y el ojo supura un líquido más denso, es más probable una conjuntivitis bacteriana». En este último caso, se prescriben colirios con antibiótico pero solo se dispensan con receta.

«Uno de los mayores problemas a los que se enfrentan las personas con conjuntivitis es la paciencia. Son cuadrados que pueden durar hasta dos semanas y picos y son muy molestos porque pican, lloras…», reconocen. La mejor forma de sobrellevarlos es con sueros o lágrima artificial que, además de aliviar el picor, hacen que el ojo esté más fresco. «Los médicos deben vigilar porque se forman sinequias, que son pequeñas adherencias entre el párpado y el ojo que no hay que descuidar».

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