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Ha llegado el frío a la provincia y muchos salmantinos ponen a punto su chimenea, un placer de cada otoño que requiere del mantenimiento de un profesional para garantizar la mayor eficiencia y asegurar la seguridad del hogar. Los deshollinadores no dan a basto. Esta profesión ha experimentado en los últimos años un fuerte auge a consecuencia de la crisis energética que se inició en el año 2021. Pero no es el único factor que ha multiplicado su trabajo, la subida de los precios del gasóleo y el pellet también ha llevado a muchos salmantinos a volver a apostar por la calefacción de leña.
«Desde hace un par de años, se ha incrementado mucho el uso de sistemas alternativos a la calefacción central o como acompañamiento. La gente que tenía chimenea y no la encendía, ya que era un elemento meramente decorativo, han empezado a usarla», explica Ana Sánchez, de la empresa salmantina Chimeneas Martín. Con respecto a la limpieza, que se aconseja realizar cada temporada, la experta asegura que cada vez más gente confía en los profesionales para confiarles estas actuaciones: «Antes había más gente que lo realizaba por su cuenta, pero se incrementó el número de incidencias. Se nota que cada vez más gente demanda el servicio de limpieza de la chimenea, de estufas de leña, de pellets...», asegura.
Aunque en el ideario colectivo se tiende a asociar las chimeneas con el mundo rural, muchas de las viviendas salmantinas de reciente construcción situadas a las afueras de la ciudad, en ocasiones de estructura unifamiliar, cuentan con chimeneas para calentar sus estancias. Esto influye directamente en el incremento del trabajo de las empresas charras especializadas en su mantenimiento. «Llevamos más de 30 años trabajando y mi marido lleva toda la vida, con 13 años ya ayudadaba a su padre con el oficio. Como empresa, hemos notado un fuerte repunte de trabajo a partir de la pandemia», manifiesta Sánchez.
La subida del precio del gasóleo, el mayor uso que están haciendo los salmantinos de su segunda residencia, unido a la subida de todo tipo de materiales y combustibles, ha llevado a muchos a apostar por la chimenea: «Es muy importante ponerse en mano de profesionales. Que la caldera o la chimenea eche humo, o lo revoque, no siempre es por una mala combustión o por estar tupida. Hay veces que puede tratarse de una rotura o puede presentar una perforación. Son cosas que un profesional puede detectar en una limpieza. Hay muchos avances y ellos emplean unas cámaras para ver el estado de la estructura», manifiesta. La innovación también ha llegado a este oficio y, si todo está bien y el sistema lo permite, «no hace falta subir al tejado, la limpieza se lleva a cabo desde abajo con sistemas de rotación y aspiración, asegura. Estas herramientas de trabajo innovadoras son más limpias y permiten llevar a cabo las actuaciones de limpieza y mantenimiento más rápido: «La incidencia en la vivienda del particular es mínima. No es necesario retirar muebles, ni hacer nada».
La profesional recomienda a los usuarios tener un buen mantenimiento diario y limpiar bien los residuos de cenizas: «A nivel de limpieza más profunda, que ya se limpia el deflector, tubería y prácticamente todo el sistema, conviene hacerlo cuando acaba la temporada. Con nuestros clientes más fidelizados, cuando acaba la temporada empezamos la campaña de limpiezas de chimeneas de comunidades y particulares», aconseja.
Sánchez, representante de la empresa Chimeneas Martín, opina sobre el futuro de la profesión: «No creo que desaparezca, pero cuando nosotros empezamos había muchas más personas que se dedicaban a encender calderas y, a su vez, llevaban a cabo limpiezas de chimeneas», manifiesta.
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