La calidad del aire encierra a los enfermos de EPOC: «No podemos ni abrir la ventana»
Luis Miguel Fidalgo representa a los pacientes de Castilla y León, 'castigados' por la nube que han generado los incendios en la Comunidad
Los miles de enfermos de EPOC diagnosticados en Salamanca -y en el resto de la Comunidad- son los que más están sufriendo la mala calidad del aire que se respira a causa del humo generado por los incendios y arrastrado por el viento.
Desde hace cerca de una semana, las provincias de Castilla y León han estado cubiertas por una nube formada por distintos tipos de gases y productos volátiles que, para una persona sana, llegan a ser muy irritantes, pero que para un enfermo respiratorio tienen consecuencias mucho más graves.
Desde la Asociación de Pacientes con EPOC (APEPOC) se confirma que la incidencia del humo de los incendios está siendo especialmente alta en Castilla y León donde, además, la población tiene un alto grado de envejecimiento y alta prevalencia de esta enfermedad.
Luis Miguel Fidalgo es uno de estos enfermos de EPOC -y próximo coordinador de la asociación en Castilla y León- que desde el fin de semana permanece ingresado en Zamora a causa de su patología. «Yo he ingresado por la ola de calor, porque son 16 días de una temperatura que nos viene fatal, y el humo es la puntilla, pero afortunadamente me ha pillado ingresado porque si es en mi casa no sé qué habría pasado», explica.
«Si tienes que quedarte en casa con 36 grados, sin aire acondicionado y con todas las ventanas cerradas para que no entre el humo, vas a tener problemas. Con EPOC no se puede respirar este humo. Si sales a la calle debes hacerlo con mascarilla, o con el oxígeno pero con este nivel del aire no podríamos salir de casa», explica.
A un paciente cuya enfermedad le genera una insuficiencia respiratoria, inhalar un aire cargado de tóxicos le puede llevar a «una bajada repentina de la saturación, desmayarse, o cosas peores», afirma.
La recomendación de los expertos con estos pacientes es que, mientras no mejore la calidad del aire, no deberían salir a la calle. «Es como una cárcel, por eso digo que en el Hospital al menos estás fresco».
Los niveles del aire en ciudades cercanas como Salamanca y Zamora parecen mejorar con el paso de los días, pero Luis Miguel Fidalgo apunta que aquellos pacientes que viven más cerca de focos de fuego como Sanabria están realmente alarmados: «Si yo estuviera en esa zona me tendrían que haber sacado en ambulancia, porque por mucho que cierres las ventanas algo terminará entrando. A nosotros nos afecta el polvo en suspensión, si alguien hace una barbacoa, si hay butano…».
A Fidalgo le diagnosticaron EPOC en 2014. «Como casi todos, por haber fumado», indica. Ha sido visto por los especialistas del Hospital de Salamanca para determinar si puede ser candidato a trasplante de pulmón en la nueva unidad salmantina, pero se le ha considerado «demasiado joven». «Tengo 54 años y me han dicho que todavía soy joven y puedo aguantar. Desde luego que yo estoy dispuesto a hacerlo cuando ellos digan, porque sé que han trasplantado a gente de Zamora y que están saliendo muy bien», confiesa.
Calcula que todavía permanecerá ingresado lo que resta de semana y confía en que la nube de humo se disperse antes. «Esta enfermedad es de altibajos. Hay días que te sientes muy bien y, de repente, estás fatal. Depende de las épocas del año porque en invierno puedo salir a caminar una hora, pero el calor no viene fatal».
Luis Miguel representa a miles de personas que sufren «una de las enfermedades más angustiosas que existen» porque «puede que no te mate de golpe, pero es horrible, porque hay pocas sensaciones tan angustiosas como la de no poder respirar».