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La actividad en los locales salmantinos sigue sin despegar una década después de que saltara la alarma por la escalada de cierres durante la crisis financiera e inmobiliaria de 2010. Una década y una pandemia después siguen siendo muchos los locales vacíos en las principales vías de la capital, según la prospección llevada a cabo por LA GACETA. La falta de relevo generacional frente a los pequeños negocios, el incremento del comercio online y el cambio de concepto de compra en la sociedad, que apuesta por grandes superficies frente a las tiendas de barrio, están detrás de los 224 establecimientos vacíos en las principales calles de la capital, nueve menos que en el año 2021, pero lejos de los 147 que estaban cerrados en el sondeo realizado en 2012.
Esta tendencia ha provocado que los precios de venta y alquiler tiendan a la baja en la actualidad, tal y como constata el presidente del Colegio de Agentes Inmobiliarios de Salamanca, Valentín Rodríguez. Esta caída ha propiciado un repunte de actividad en las principales arterias comerciales, como la calle Toro, la Rúa Mayor y la calle Zamora, así como en la avenida de Mirat y Torres Villarroel, en detrimento de vías como la carretera de Villamayor y la Gran Vía, donde llama la atención que durante la pandemia se han cerrado seis locales más, 10 desde el año 2012. Por otro lado, no acaban de despegar zonas como María Auxiliadora, la avenida Italia y, sobre todo, Canalejas. Esta ronda acapara uno de los mayores número de locales cerrados de la zona analizada.
¿Por qué la actividad se concentra cada vez más en el centro? Según el presidente de los agentes inmobiliarios, porque los negocios tienen más opciones al contar con más público, tanto turistas como ciudadanos de la capital. «Antes en los barrios había ferreterías, comercios y supermercados y la zona generaba para vivir, pero ya no, la gente ya no se queda en los barrios ni para comprar ni para ir al bar», apunta. En cuanto a la bajada de precios de alquileres y compra, indica que es general, mientras que los pisos han subido «un poco». Este freno de actividad en los locales se evidencia en su conversión en viviendas. «Se hicieron muchos establecimientos en su día y no se alquilan, por eso hay propietarios que aprovechan para convertirlos en garajes o pisos, ya que para local comercial no los quiere nadie».
Como profesional del sector considera que los negocios a pie de calle podrían lanzarse agilizando la tramitación de las licencias y reduciendo impuestos, como el de la basura, y modificando normativas autonómicas y estatales para brindar más facilidades. «Tenemos que apostar todavía más por que no haya locales cerrados», defiende el presidente de la Cámara de Comercio de Salamanca, Benjamín Crespo. Advierte de que si bien las calles Toro, Zamora y Rúa Mayor se mantienen fuertes, «el resto del centro se ha quedado parado». Plantea mantener la circulación por el centro apostando por el vehículo eléctrico y elevar las zonas de aparcamiento para facilitar el acceso de los clientes a los negocios. «A las avenidas como la de Portugal y Canalejas ya le vemos peor solución porque se han dejado de mano», reprocha.
También reconoce que hay margen de ajuste en las rentas. «Los gastos de un negocio se multiplican con facturas de luz espectaculares y desembolsos fijos que impiden que los negocios sean rentables, por eso sería bueno que se aprobaran exenciones de impuestos durante los primeros meses de apertura en zonas concretas donde la actividad está en retroceso, especialmente si el emprendedor es joven. Por último, anima a los comerciantes a subirse al carro de la compra online para complementar sus ingresos. «Para eso en la Cámara ofrecemos programas de digitalización y el Kit Digital que son muy interesantes»..
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