'Bonito' y barato: el sorprendente producto que se ha convertido en el rey de las mesas salmantinas
El bonito del norte es uno de los productos más vendidos en las pescaderías y está a precios más bajos que la semana pasada: a 15,90€ el kilo. El pepino, el tomate y el pimiento también bajan, frente a la sandía y el melón
Si la semana pasada el bonito fue uno de los productos de temporada más vendidos en las pescaderías de la ciudad, estos días se ha convertido en el mayor 'aliado' para las mesas de los salmantinos, ya que ha sufrido una rebaja mayor de cinco euros y se sitúa en los 15,90 el kilo. Se prevé que la bajada sea más pronunciada a lo largo de la semana que viene. El calamar de potera, sin embargo, ha subido de los 25 a los 30 euros el kilo, mientras que el gallo, la pescadilla, el rape y el salmón se mantienen.
Las legumbres se encuentran a su precio habitual y pasan de ser las protagonista del puchero, para serlo de las ensaladas frías. Además, el buen tiempo ha propiciado una mayor venta de frutas y verduras. El pepino ha pasado a costar 1,75 euros, frente a los 2,25 de la semana pasada. También ha sufrido una notable rebaja el tomate, que queda en 1,65€ el kilo y el pimiento, que ha pasado de los 3,90 euros de la semana pasada a los 2,80€ de esta. El kiwi, por el contrario, cuesta un euro más que la semana pasada, 5,90€ el kilo. La cereza del Jerte no baja de los seis euros el kilo y la sandía y el melón experimentan también una subida de 20 céntimos en kilo. En las fruterías empiezan a llegar las primeras verduras de temporada de Salamanca, de pueblos como Aldealengua o Mil Caminos.
En las carnicerías, el pollo ha sido el único producto que ha sufrido una ligera rebaja en su precio, situándose entre los cuatro y cinco euros el kilo. El resto del género ha mantenido sus precios, siendo similar al de semanas anteriores.
Salamanca comienza a vaciarse y eso repercute en las ventas. Durante la última semana, en algunos establecimientos se han realizado compras copiosas para rellenar la nevera en pueblos cercanos a Salamanca o en su defecto, para sobrevivir a las vacaciones en otros municipios. Los dueños de los puestos también agradecen el turismo estival.