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Los novios se bajan momentáneamente la mascarilla para una foto.
Bodas en tiempos del coronavirus. El testimonio de una pareja salmantina

Bodas en tiempos del coronavirus. El testimonio de una pareja salmantina

Jesica y Alberto tenían su fecha de boda para agosto desde hacía dos años. Tras temores y dudas optaron por no posponerla. No podían ocultar su felicidad tras la mascarilla en una misa sin beso y con fiesta más familiar

Domingo, 16 de agosto 2020, 22:21

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Cuando Jesica y Alberto planificaron hace dos años su boda para el 8 de agosto de 2020, jamás se imaginaron que el día más feliz de sus vidas iba a estar marcado por una pandemia mundial.

Quién le iba a decir a esta novia salmantina que entre sus complementos nupciales, junto al ramo de rosas y a los zapatos, iba a necesitar también una mascarilla, en esta caso diseñada para la ocasión en blanco con encaje. Y que en su boda en la Catedral Nueva de Salamanca sólo se sentarían dos invitados por cada banco y que no podrían sellar su amor con un beso en el interior del templo.

Así son las nuevos enlaces nupciales en tiempos de coronavirus. Desde que se inició el estado de alarma, esta pareja salmantina ha vivido semanas de temores, dudas, incertidumbre y presiones para posponer su boda. “Abril de 2021 era el plan B pero para esa fecha podemos estar igual o peor, así que decidimos seguir adelante con la boda en agosto”, cuenta la novia a este periódico, de camino, junto a su recién estrenado marido, a la isla canaria de Fuerteventura, su nuevo destino de luna de miel, tras cancelar el viaje inicial previsto a Nueva York (EEUU) y Riviera Maya (México).

A sólo una semana de su boda, el último disgusto llegó de manos de la Junta de Castilla y León con la nueva normativa que estipulaba el horario de cierre en establecimientos de restauración a las 2.00 horas de la madrugada y sin servir bebidas desde las 1.30 horas. Su boda era de tarde y con esta disposición tendrían que terminar la fiesta mucho antes de lo previsto. “Nos leíamos el BOCYL una y otra vez y no sabíamos qué hacer. A contrarreloj llamamos al restaurante, al cura, al fotógrafo, al DJ... y por suerte todos pudieron adelantar la cita a la mañana para disfrutar todo el día de la boda”, explica Jesica.

“Una semana antes la Junta lanzó el nuevo horario de cierre y fue un disgusto. Tuvimos que adelantar todo a la mañana”

Con un mensaje de última hora avisaron a los invitados y les recordaron la normativa obligatoria de mascarilla, distancia y limpieza de manos. Unos invitados que, debido a la situación excepcional sanitaria, fueron menos de los previstos. “Con todo esto, mucha gente ha preferido no venir. Sobre todo personas mayores. Pero ha sido una boda muy familiar y de amigos. 87 personas cercanas que en este mes y medio ya habíamos visto en algún momento”, agrega la recién casada.

La preocupación habitual de los novios por que todo resultara perfecto en la boda se acrecentaba en el caso de Jesica y Alberto por que la gente cumpliera las normas y no hubiese contagios. “Te da cosa acercarte a la gente. Ha habido abrazos, los justos, y nada de besos. Lo importante es que la gente se lo pasó bien y salió perfecto, respetando todos las normas. Ahora sigo rezando para que no salga ningún caso”, admite la novia.

Ella llegó a la Catedral en coche y aunque salió del vehículo sin mascarilla, a la entrada del templo tuvo que ponerse la protección. Como sorpresa, los familiares habían diseñado mascarillas especiales para el evento con la foto de los novios, que lucieron la pareja y todos los familiares y amigos presentes en el templo. Nadie podía tocar las arras ni los anillos salvo los novios y no hubo beso que sellara el matrimonio. Las fotos de rigor con las familias dentro del templo, también fueron todas con mascarilla. Ya en la puerta, se tomaron algunas instantáneas con los novios e invitados bajándose momentáneamente la mascarilla en una imagen que seguro en un futuro será una anécdota para contar a hijos y nietos.

“Todo salió muy bien y la gente sólo se relacionó con sus grupos cercanos. Sigo rezando para que no salga ningún caso”

La celebración posterior tuvo lugar en los Jardines de Páramo, en una carpa abierta con tan sólo ocho mesas establecidas por grupos de convivientes o que habían tenido contacto. Y el baile, también al aire libre que disfrutaron hasta la hora límite: las 1.30 horas. “La gente fue responsable y respetó las normas. Se relacionaban con sus círculos y hubo distancia”, destaca la pareja, que espera volverse a poner el vestido y traje nupcial y realizarse la sesión de fotos, ya postboda, en el momento en el que no sea obligatorio el uso de mascarilla.

Una mascarilla que el pasado 8 de agosto no pudo ocultar las miradas de felicidad de esta pareja salmantina, unida en matrimonio pese a los tiempos difíciles de COVID.

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