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El notable aumento de los casos de tosferina que ha generado una alarma sanitaria en Europa también se ha sentido en Salamanca, que en los primeros tres meses de 2024 suma bastantes más casos que en los cinco años anteriores juntos.
El Centro Europeo ... de Prevención y Control de Enfermedades informaba esta semana de que durante el año 2023 y hasta abril del 2024, los países de Europa han notificado casi 60.000 casos de tosferina, lo que supone diez veces más que en el 2022 y el 2021.
Castilla y León también ha informado de que durante 2022 y 2023 se han alcanzado los 300 casos, pero el caso de Salamanca es más llamativo, tal y como ha ido analizando el servicio de Medicina Preventiva del Complejo Asistencial.
La evolución de los contagios año por año ha sido la siguiente:2018 (2), 2019 (7), 2020 (4), 2021 (1), 2023 (9). Sin embargo, hasta marzo de 2024, apenas tres meses, ya se han contabilizado 35 contagios.
Los especialistas de Sacyl apuntan a dos posibles explicaciones para este incremento de los casos. La primera son los ‘daños colaterales’ resultantes de todas las medidas de precaución que se impusieron durante la pandemia y que “tuvieron un impacto significativo en la transmisión de otras enfermedades infecciosas, incluida la tos ferina”. Lo que explican es que la circulación de esta enfermedad fue “excepcionalmente baja desde abril de 2020 hasta el verano de 2023”, pero a partir de esa fecha -concretamente desde la semana 44 de 2023- se disparó.
La segunda explicación se basa en estudios seroepidemiológicos que han demostrado amplia circulación la bacteria, independientemente de los calendarios y de las coberturas de vacunación. “En los países con altas coberturas de vacunación se observa una proporción creciente de casos de tos ferina en adolescentes y adultos, lo que sugiere una pérdida de la inmunidad natural o adquirida con el paso del tiempo”. Un dato que refuerza la teoría de un posible desgaste de la inmunidad es que en Castilla y León, el 72% de los casos notificados tenían un estado de vacunación completo, mientras que el 28% restante era desconocido o no constaba.
Los 35 casos registados este año en Salamanca van desde los 0 a los 87 años, siendo la edad media de 37 años. El número de pacientes ingresados -tanto en unidades de adultos como pediátricas- han sido seis: las mismas que en los cinco años anteriores juntos.
El pediatra del Hospital de Salamanca Pedro Gómez de Quero confirma que, a nivel hospitalario, «no se está notando un claro aumento de los ingresos», pero recuerda que «la mayoría de casos se quedan en Atención Primaria y no llegan al Hospital». De Quero afirma que «lo más grave es una tosferina maligna que se da en neonatos, todavía sin vacunar, que cursa con cuadros muy graves hasta el punto de requerir ECMO» y señala que Salamanca sí tuvo que atender alguno de esos casos. El especialista celebra el progreso en cuanto a los test diagnósticos. «La sensibilidad de los test de diagnósticos era baja, porque requería de un cultivo especial, pero ahora se hace ya con PCR y se puede diagnosticar más rápido, aunque el cuadro clínico suele ser bastante claro por la tos y un sonido muy característico».
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