“Ahora toca convertir el Tormes en un referente”

El nuevo plan de Sostenibilidad aborda la integración de barrios como el Oeste y Bretón. ¿Qué elementos cree que serán los más atractivos en cada uno de ellos?

—Se trata de uno de los objetivos del plan, porque para crecer saludablemente como destino, una de las claves es ampliar el escenario de la experiencia turística. Y los barrios ofrecen esa posibilidad. Pero es que además tanto el barrio del Oeste como el Bretón son atractivos y con recursos singulares e importantes de cara a su potencial turístico. El barrio del Oeste es un referente en la ciudad y en el país. Su galería urbana, sus talleres, su identidad, su tejido asociativo y social y su dinámica, forman parte de los nuevos contenidos que buscan los nuevos públicos. En cuanto al Bretón, empezando por el personaje (el músico) que le da nombre, concentra y pone en relación de una manera singular algunos elementos patrimoniales importante que bajo el paraguas del barrio y su creciente dinámica social, adquieren relevancia. Así, el Museo del las Claras, las iglesias románicas de Santo Tomás Canturianense, San Cristóbal y Sancti Spiritus, la plaza de San Román, que junto con la cercanía de San Esteban y del convento de las Dueñas, son recursos que articulados en torno a un buen relato pueden ofrecer un atractivo especial, como para atreverse a “cruzar” el Misisipi que supone la Gran Vía, una de esas barreras simbólicas difíciles de soslayar. Creemos que ha llegado el momento.

La tecnología será clave en la ejecución de los planes, ¿Salamanca contará con alguna aplicación inédita?

—El destino Salamanca va a dar un salto cualitativo en relación con la tecnología. Por un lado vamos a disponer de una plataforma muy innovadora, que nos va a permitir entrar a formar parte de la cultura de los datos. Un “cerebro” para recabar información, pensarnos, ajustar oferta a demanda, diversificar contenidos, comunicar y saber dónde estamos en cada momento y para generar políticas de acción para todos. Un cerebro para potenciar los otros cerebros, la creatividad de la gente. Salamanca tiene un “estilo de hacer” propio que denominamos “algoritmo y piel”. Es decir que combinamos la tecnología y la creatividad, los datos y la sensibilidad. Pero además va a contar con innovaciones, prototipos en materia de ofertas para el descubrimiento de las ciudades que conforman esta ciudad, para audioguías, para la accesibilidad, para la formación, etc.

Ha sido responsable de espacios expositivos de enorme éxito para la capital como Ierónimus y Scala Coelli, ¿el agua y la naturaleza serán las próximas bazas?

—El proyecto EDUSI-TORMES es un hallazgo y un cambio transformador, nos lo han dejado en bandeja. Ahora toca convertir el Tormes, con su historia e historias en un referente, en un personaje en busca de su experiencia turística, en busca de su Ieronimus. Pero va a haber más referencias, como el cerro de San Vicente, por ejemplo, y el Museo de la ciudad.

¿Cómo ha cambiado el perfil turístico de la ciudad desde que llegó hace dos décadas?

—Antes la única ruta del turismo era la conexión desde la Plaza Mayor hasta las Catedrales por la Rúa Mayor. Ahora trabajamos para que desde el ágora se haga una parada intermedia en el Botánico y se enlace con el Cerro de San Vicente que, cuando acabe su proyecto, transformará el perfil que conocemos de la ciudad. Además, ahora Salamanca también puede crecer sumando espacios como el río Tormes, las huertas... Si con el proyecto EDUSI-TORMES se recuperó el río para los ciudadanos, ahora queremos recuperarlo para los turistas, que el proyecto sea un Ieronimus para el río.