200 personas secundan la protesta para exigir una bajada «a la mitad» de los alquileres

Cerca de 200 personas se han unido a la protesta contra los precios de los alquileres en Salamanca este domingo. Los manifestantes han secundado el acto convocado por la Asamblea de Inquilinas que ha partido de la Gran Vía a las 12:20 horas, para continuar por la avenida de Mirat, Carmelitas y Campo San Francisco, donde se han desviado hacia la Plaza Mayor.

La reivindicación ha sido clara: una bajada «drástica» de los alquileres que, según los convocantes, «están por las nubes» y son «absolutamente insostenibles».

Denuncian que en la ciudad del Tormes se exigen mensualidades de entre 250 y 300 euros por habitación. «Teniendo en cuenta que los sueldos apenas han subido, deberíamos hablar de una bajada drástica e inmediata de los alquileres a la mitad», ha expuesto el portavoz Fran Cabañas antes del recorrido.

Ha propuesto que este descenso lo ejecute el Gobierno directamente o lo tendrán que hacer ellos «mediante acción directa y huelga de alquileres si hiciera falta«.

La también portavoz Aida Maside ha incidido en que el incremento de los pisos turísticos ha elevado el precio del alquiler aunque, según ha detallado, en Salamanca el mayor problema son los alquileres a estudiantes«. Ha defendido que al dividir el coste por habitaciones y alquilarlas por 300 euros se puede asumir, «pero una familia trabajadora o un trabajador no puede permitirse pagar ese piso completo».

Esta situación, a su juicio, «desplaza a la gente a las afueras de la capital». Ha defendido que no es necesario construir más vivienda y ha puesto el foco sobre los rentistas. «Si una persona vive de las rentas, aunque sea por un piso, la solución es que eso deje de ocurrir», ha sentenciado.

20 minutos después de lo previsto, la comitiva ha partido de la plaza de la Constitución hacia la plaza de España gritando arengas como «Gobierno progresista, cómplice y rentista», «Fondos buitre, fuera de los barrios» o «Un desalojo, una ocupación», que en este caso concreto ha despertado cierto malestar entre algunos ciudadanos que lo han escuchado a su paso.

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