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La fuente original de 1954, frente a la casa de Victoriano Iglesias, en la plaza donde estará su escultura EÑE
Una escultura en Villares honrará al “buen alcalde” Victoriano Iglesias

Una escultura en Villares honrará al “buen alcalde” Victoriano Iglesias

Salvó la vida de un grupo de personas en la guerra a los que querían fusilar en el pueblo

Viernes, 14 de octubre 2022, 20:00

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El que fuera alcalde de la localidad armuñesa durante 24 años, en dos periodos, entre 1931 y 1938, y después entre 1949 y 1963, Victoriano Iglesias Recio, conocido en el municipio como “el buen alcalde”, será el protagonista de un homenaje que la localidad celebrará el 31 de diciembre, dentro de las celebraciones de San Silvestre.

Víctoriano tendrá una escultura en bronce, que está elaborando el artista Valeriano Hernández, en la plaza del Pozo Prado. La pieza se instalará mirando a la que fuera su casa durante muchas décadas y en la que se produjo uno de los actos que le valieron su sobrenombre “el buen alcalde”.

Cuentan los vecinos y descendientes de los protagonistas, que en los inicios de la Guerra Civil llegó al pueblo un grupo de falangistas dispuestos a terminar con un grupo de adversarios políticos de izquierda. Victoriano acogió y escondió, en una dependencia de su casa, a los amenazados y argumentó ante los falangistas que en el pueblo “no se iba a matar a nadie”, o si eso ocurría el primero que debía estar ante los fusiles sería él como alcalde. El grupo desistió de sus intenciones y los vecinos amenazados salvaron la vida.

No fue única acción destacada durante su etapa como regidor, puesto que en 1931 fue el encargado de lograr que la escuela para los niños de 3 a 7 años llegase al municipio, cuando había más de un centenar de pequeños sin escolarizar. Ese mismo año también logró que la luz eléctrica llegase a Villares de la Reina.

Posteriormente, en su segunda etapa como regidor, en 1954, logró acordar con el Ayuntamiento de la capital la llegada el agua potable del Tormes hasta municipio, así como el alcantarillado. Tres años después, en 1957 su objetivo cumplido fue que hubiera teléfono público en las casas, algo que agradeció mucho el gremio de panaderos que vivía en el municipio, más de cuarenta, puesto que muchos de los encargos los recibían a través de este medio desde los clientes que abastecían en la capital.

De sus descendientes, una nieta, Teresa Polo, también ha dedicado 16 años de su vida al Consistorio de Villares con concejala “era importante para mi familia, y un orgullo trabajar como mi abuelo en beneficio de los vecinos, me decían “lo llevas en la sangre” , y tenían razón”.

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