Un paraíso en la Sierra de Francia donde ver ‘criaturas marinas’

Apoyado por un diseño vanguardista que simula un descenso a las profundidades de los mares, la visita al Museo de los Mares Antiguos de Monsagro que alberga el Centro de Interpretación se inicia con un documental de la mano del arqueólogo e impulsor del mismo, Jorge Civis, acerca de las huellas fósiles de Monsagro, su pasado, estudio y conservación.

Siempre de la mano de un guía especializado, el visitante recorre por orden las diferentes salas con vitrinas que recogen huellas fósiles de distintas épocas, desde trilobites e icnitas hasta huesos, sin olvidar las cruzianas, ricas en la zona de Monsagro y famosas por su buen estado de conservación. Todas ellas han sido donadas por la Universidad de Salamanca.

El museo dispone además de ejemplares cedidos por museos de otros países y ameniza la experiencia con ayuda de la realidad virtual, que permite al espectador viajar al fondo del mar de hace 480 millones de años para explorar las criaturas, manipularlas con sus propias manos y observar de primera mano las huellas que han quedado congeladas en el tiempo gracias al proceso de fosilización.

La visita se puede realizar tanto de forma individual como en grupo. Además existe la opción de que los centros escolares concierten visitas para sus alumnos de una manera más didáctica y divertida.

El Museo de los Mares Antiguos se complementa con la ruta de las Huellas Fósiles. En las fachadas de las casas de la localidad aparece el rastro de los fósiles marinos paleontológicos que dejaron las criaturas que habitaron la zona. El impresionante recorrido que muestra este pasado engloba las casas y edificios que fueron decorados con estos hallazgos arqueológicos. Una ruta de carácter didáctico que acerca el conocimiento de estas formas pétreas inmortalizadas a los turistas y que además es un reclamo para los expertos.

Son varias las rutas de senderismo que se pueden hacer en Monsagro. La más sencilla y popular es la que parte del casco urbano y alcanza el área recreativa de El Vao por un bello sendero que transita pegado al curso del río Agadón.

Otra interesante ruta es la que llega a la Peña de Francia también por un sendero donde el sonido del Agadón nos acompaña en todo momento. Los que no quieran subir hasta la Peña pueden quedarse antes, en el coqueto puente Yuta, y hacer un recorrido lineal de ida y vuelta de poco más de 10 kilómetros.

La visita a Monsagro se puede completar con el recorrido por sus antiguas y peculiares eras, dispuestas en parcelas concéntricas y levantadas en bancales que miran al río Agadón.

Contenido patrocinado por el Ayuntamiento de Monsagro