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La mole granítica que destaca en la llanura de la dehesa. CASAMAR
TESOROS DE SALAMANCA

El tesoro ignorado en la provincia considerado un auténtico regalo divino, pero lleno de peligro

La Peña Gorda ha sido relegada a un papel muy secundario, pero los habitantes de la zona le tienen gran cariño

La Gaceta

Salamanca

Jueves, 10 de julio 2025, 13:31

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Si Australia tiene el Uluru (la impresionante formación rocosa situada en el centro del país), Salamanca tiene la Peña Gorda. Salvando las distancias, esta enorme canica pétrea que se levantada en mitad del paisaje adehesado es uno de los lugares más singulares y, al mismo tiempo ignorados, de la provincia de Salamanca.

La Peña es un pequeño municipio situado en el parque natural Arribes del Duero. Y, claro, con la gran cantidad de atractivos que tiene la zona, la Peña Gorda ha sido relegada a un papel muy secundario. Siempre ha generado mucha curiosidad y misterio, y los primeros pobladores de la zona la usaron para realizar ofrendas a los dioses desde su parte más alta. También sirvió como inmejorable observatorio de caza, ya que la vista del entorno es de lo más completa.

Sea como fuere, lo cierto es que los habitantes de La Peña tienen un gran cariño a su Peña Gorda y hasta allí acuden el Lunes de Aguas para comer el hornazo. Esta mole rocosa es como su protector. Un vecino ilustre que emerge casi como un regalo divino entre las encinas y alcornoques con una fortaleza extraordinaria. Merece la pena contemplar desde allí el atardecer, y en noches claras, es un formidable observatorio astronómico.

Salvo los expertos en escalada, no es recomendable subir a la Peña Gorda ya que se trata de una misión no exenta de peligro y que obliga a trepar durante una buena parte del recorrido.

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