Riesgo, emoción y diversión en la suelta de vaquillas de Doñinos

Con saltos, quiebros, capotazos y carreras. Así recibieron ayer los mozos y vecinos más atrevidos a las vaquillas en Doñinos. Cientos de personas cumplieron, no sin el permiso de la lluvia (que dio una tregua), con la cita más esperada de las fiestas patronales del municipio en honor a San Marcos.

La calle Santibáñez se convirtió en un ruedo improvisado en el que el buen ambiente reinó durante la suelta de cuatro bravas becerras que dieron un juego extraordinario para disfrute de todos, también de los espectadores que llenaban gradas y talanqueras. No sin algún que otro susto o revolcón, la tarde discurrió con toda normalidad y el agua no hizo acto de presencia, uno de los condicionantes que amenazaba la celebración de este festejo taurino.

Previamente, los vecinos habían disfrutado de una comida de convivencia con el plato tradicional más español, una popular paella. Familias, grupos de amigos y peñas al completo se lo pasaron en grande en torno al mantel. A continuación, y ya al ritmo de la charanga, se dirigieron al enclave donde se llevó a cabo la suelta de vaquillas.

• Temas
• Doñinos de Salamanca
• Fiestas en los pueblos