Una red de agua deficiente pone en jaque a los pueblos de la zona de Béjar

El incremento de la demanda de abastecimiento de agua potable desde las localidades que forman parte de la Mancomunidad del Embalse de Béjar unido a una infraestructura cada vez más precaria está provocando este verano numerosos problemas de abastecimiento a los municipios. Unos problemas cada vez más recurrentes que tienen su foco principal en el depósito regulador de Fuentebuena (ubicado en el término de Valdesangil), que se queda pequeño y no puede asumir la demanda de agua en estas localidades donde la población se incrementa de forma notable en verano y más en estos días de agosto donde varias de ellas están celebrando sus fiestas patronales. Es decir, hay más demanda de agua que la que se puede bombear desde el depósito. Se trata de un problema que viene de lejos y que no ha terminado por solucionarse ya que en 2017 se iniciaron los pasos para doblar la capacidad del depósito pero, por razones no aclaradas, el proyecto no se llevó a cabo en aquel momento y han pasado siete años sin solventarse este problema.

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Hay varios ramales de la Manconunidad que vienen sufriendo desde hace varias semanas el problema en la insuficiencia del caudal, pero la situación más problemática se produjo con la rotura de una tubería el sábado pasado, que dejó sin agua durante varias horas a gran parte de la ciudad textil, lo que provocó que no pudiera entrar agua en los depósitos de Fuentebuena. Por eso, algunos municipios advirtieron a sus vecinos de la falta de agua e incluso hicieron uso de cisternas de la Diputación para poder asegurarse el consumo. Fue el caso de Cristóbal, Molinillo o Santibáñez de la Sierra y, este mismo lunes, según confirmaba su alcaldesa, Magdalena Sánchez, en Sanchotello. En este caso, contemplaban pedir dos, pero quedaron con una porque regresó el agua desde Béjar.