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El ave más común de todos los que conocemos puede llegar a dejar de ser uno de los protagonistas imprescindibles en las imágenes y sonidos de los pueblos y ciudades si su decaimiento no se frena. «Su población ha disminuido un 14% en la última década en el medio rural, su descenso es una muestra del deterioro de nuestro entorno más cercano», explica el ornitólogo Gonzalo Criado Alonso, a su vez técnico en Trabajos Forestales y Conservación del Medio Natural, y técnico superior en Gestión Forestal y del Medio Natural. «La Sociedad Española de Ornitología (SEO/Birdlife) denuncia que la población de gorrión común en España ha descendido un 20% en los últimos 25 años». Según los datos ofrecidos por la SEO, en la actualidad se estima que hay unos 30 millones de ejemplares. «Esta pérdida de los últimos años supone que han muerto entre 6 y 7 millones de gorriones».
«En algunos países europeos su declive es tan acusado que ha desaparecido de ciudades como Londres y se hace cada vez más escaso en ciudades como Barcelona o Madrid», asegura Gonzalo Criado. Otro ejemplo de este declive se puede ver en el parque de los Jesuitas de Salamanca donde «hasta hace pocos años se encontraba una de las mayores colonias urbanas de gorrión molinero de España, con más de 100 nidos ocupados», recuerda este ornitólogo. «Lamentablemente, las reformas en las zonas de nidificación y la corta frecuente de la hierba en la mayor parte de los jardines, han propiciado una disminución drástica».
«Ejemplos muy claros como la reducción de la frecuencia de siegas en praderas de césped, la naturalización de alcorques en el arbolado urbano o la presencia de vegetación adventicia, las también llamadas «malas hierbas» en cunetas y descampados, benefician a la especie. Estas áreas cubiertas por vegetación herbácea son una fuente de alimento, semillas e insectos, que son aprovechadas por el gorrión común y otras especies silvestres en la ciudad», detalla Gonzalo Criado.
En el extremo contrario, entre lo que perjudica a este pájaro tan común en nuestro entorno se encuentra «la contaminación aérea, la escasez de oquedades en las ciudades que no permiten reproducirse y la salud propia de las aves adultas».
Gonzalo Criado invita a reflexionar acerca del daño por el creciente aumento de redes móviles, coberturas, y ondas satelitales de las ciudades. «Fomenta un desarrollo mayor de enfermedades cancerígenas en estos pequeños vecinos alados, lo que por otro lado nos hace pensar en cómo nos afectará a los humanos con el paso del tiempo».
«El gorrión común, Passer domesticus, es, sin duda, entre los pequeños pájaros el más conocido», detalla Gonzalo Criado. «Podría pensarse que sobre el gorrión común está todo dicho, pues parece imposible que no conozcamos todo de tanto verlo junto a nosotros. En general, es la especie que vive más cerca del hombre, habitando sus mismas viviendas y siendo un huésped abundante de tejados de granjas, caseríos, graneros, hórreos, almacenes y edificios de ciudades y pueblos», añade.
Este pájaro está presente en zonas cultivadas y también en las calles de pueblos y ciudades. Su presencia se hace muy notoria sobre todo al amanecer. «Se posan en las aceras y la calzada en busca de cualquier resto del que alimentarse, una miga de pan, una fruta o semillas».
«En la provincia podemos llegar a observar las cinco especies, pero tan sólo cuatro de ellas, son actualmente reproductoras», explica.
Además del gorrión común se puede ver el gorrión moruno, el gorrión molinero, el gorrión chillón o el gorrión alpino. Por ejemplo, «el gorrión moruno es uno de los gorriones más ubicuos de la provincia» y «el gorrión chillón anida en las oquedades de los monumentos», concluye.
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