El salmantino Palacio de la Infanta busca ser Bien de Interés Cultural
El pleno del Ayuntamiento de Lumbrales aprobó en la última sesión la solicitud para iniciar el camino que convierta a la Casa de los Condes en Bien de Interés Cultural
Ciudad Rodrigo
Martes, 30 de abril 2024, 06:45
Uno de los edificios más singulares y con más carga histórica de Lumbrales inicia su camino para convertirse en Bien de Interés Cultural. El Ayuntamiento del municipio aprobó en la última sesión plenaria iniciar los trámites para la solicitud como BIC de la Casa de los Condes, un punto que salió adelante por unanimidad.
Manuel Santos, alcalde de Lumbrales, indicó que, tras el acuerdo de la Corporación, el siguiente paso será mandar la documentación necesaria a la Junta de Castilla y León, entidad que determinará finalmente si se alcanza esa denominación. «Y luego a esperar. Imagino que vendrán técnicos a comprobar el estado del inmueble y evaluar su estado», indica el regidor. En este sentido, el tejado de la Casa de los Condes se restauró, «pero al ser de madera tiene carcoma y habría que subsanarlo, ya que los techos son muy interesantes, hechos con estilo portugués y son interesantes». La declaración como BIC «podría ayudar a su conservación y a la llegada de ayudas económicas necesarias para ello», expresa el alcalde lumbralense de cara al futuro de este emblemático edificio, que actualmente tiene uso como centro de recepción del Territorio Vetón, el Centro de interpretación de la vía férrea La Fuente de San Esteban-Barca d'Alva y la oficina de turismo.
La vinculación con Portugal de esta casa está presente desde el primer momento de su concepción: Fue un emprendedor luso, Ricardo Pinto da Costa, quien mandó su construcción entre los años 1875 y 1887. Ricardo Pinto promovió con gran interés el desarrollo de la línea férrea de la Fregeneda para conectar esta comarca salmantina con el país vecino. Fruto de ese trabajo, la reina regente María Cristina, dado que el rey Alfonso XIII aún era menor, decide conceder a este hombre portugués el título de Conde de Lumbrales en 1888 y justo un año después, Luis I de Portugal repetiría la concesión de ese título nobiliario a su compatriota. De hecho el palacete se creo expresamente para que la Infanta se hospedara ahí en la inauguración de la vía, aunque no acudió.
La unión de Ricardo a Lumbrales no sólo se plasmó en la construcción de este palacete. Su esposa Francisca era natural de la localidad. El inmueble pasó a manos municipales en 1968, tras comprar la propiedad el Ayuntamiento a María Gabriela Morgado Müller, viuda de Ricardo Pinto da Costa Leite, III Conde de Lumbrales.
Tras la aprobación de la solicitud de la concesión, ahora la documentación necesaria se enviará a la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte, quien deberá evaluar la información proporcionada. El estudio de la propuesta puede durar unos tres meses y ahí el Consistorio obtendrá la primera respuesta a su petición. Si es afirmativa, se incoará el expediente y se proseguirá con el resto del proceso.
En este punto, no existen plazos concretos para obtener el título, valga como ejemplo la reciente denominación como BIC del Convento de El Zarzoso, cuyos pasos para conseguir la declaración arrancaron en 1995 y que ha tenido que esperar hasta el pasado 19 de abril.
Una línea para unir dos países
El portugués Ricardo Pinto da Costa es considerado uno de los principales artífices de la llegada del tren a esta zona de la provincia charra. Su empeño en unir los dos países a través de Salamanca se escenificó en la llamada «Línea del Duero», la vía férrea que comunicó Salamanca con Oporto desde 1887 a 1985.
La creación del condado de Lumbrales
Fue tal el impacto en todo el país de la creación de esta línea férrea que hasta la Monarquía Española quiso poner en relieve el ímpetu de este luso. Así se creo el título nobiliario del Condado de Lumbrales por la reina regente María Cristina, en alabanza al trabajo de Pinto da Costa.
Doce años de obras
La construcción de este palacete abarcó un periodo de doce años, debido sobre todo al detalle que Ricardo Pinto quería dar a cada rincón de la casa. La estructura del edificio, siguiendo las pautas de la arquitectura portuguesa del momento, lo hacen diferencial con respecto al resto de casas del municipio.
