De 'Manolo el del bombo' a 'Pumba, las barcas que surcan el río Tormes en Encinas de Arriba

Era el día más esperado del verano para todos los vecinos de la localidad de Encinas de Arriba. Con más de treinta y cinco grados en el termómetro y un calor sofocante, cientos de personas se acercaron hasta el municipio para celebrar la XIV edición del descenso del Tormes. Una cita festiva consolidada y referente en toda la comarca albense que no solo es un derroche de creatividad y diversión, sino que también fortalece los lazos de convivencia entre vecinos.

Así, desde primera hora de la mañana, en las calles de la localidad de Encinas de Arriba el ambiente festivo se palpaba en el aire. La jornada arrancó en las inmediaciones del pabellón municipal con diferentes juegos de habilidad con agua para refrescar el entorno y dar paso a una comida de hermandad, en la que participaron más de doscientas personas, con el objetivo de coger fuerzas para el paseo de las barcas. Una cita gastronómica en la que fue necesario haber retirado la invitación previamente para que los cocineros pudieran calcular las raciones de comida, ya que los comensales degustaron pollo asado con patatas.

Pasadas las seis de la tarde, los vecinos se dirigieron a la zona de la piscifactoría para dar comienzo al tradicional paseo por el río con las embarcaciones creadas por los propios habitantes de la localidad. Un desfile, de temática y estructura libre, que recorre un tramo de más de kilómetro y medio por el río Tormes, acondicionado para el disfrute de vecinos y visitantes.

En total, fueron nueve barcas las que participaron en esta decimocuarta edición para sorprender a los asistentes, que se situaron a la orilla del Tormes para ver el original descenso. Atrás quedaban muchas horas de trabajo en los últimos días para sembrar la admiración entre la gente de todas las edades donde se pudo ver a ‘Manolo el del bombo’, un coche de época que emulaba el vehículo de la película ‘Sor Citroën', avestruces, un atrio y un coche romano tirado por caballos, un paquete de galletas de los Simpsons o una locomotora, entre otras. Además, otro número de espectadores optaron por bajar el río en canoa junto a los participantes.

En este contexto, durante más de hora y media, teléfonos móviles e infinidad de cámaras fueron inmortalizando el recorrido de las barcas, de estructura y temática libre, por el Tormes entre aplausos y gritos y la animación y bailes de sus ocupantes. Al finalizar el recorrido, todos los asistentes fueron invitados a sangría y pastas. Todas las barcas son de elaboración propia y están hechas con cualquier material que flote en el agua, como porexpan o flotadores.

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