Latas, bolsas, sprays, restos de petardos: El barrio más guarro de toda la provincia

Desesperados, indignados y desamparados confiesan sentirse los vecinos de la barriada de San Lázaro, de Peñaranda de Bracamonte, ante los problemas que generan los grupos de jóvenes que se reúnen habitualmente en la pista deportiva de la zona.

Suciedad y destrozos se han convertido en algo habitual durante los últimos meses y se han incrementado incluso tras el confinamiento del Covid con la pista convertida en lugar de encuentro de numerosas pandillas de jóvenes y adolescentes.

Esta misma semana el grupo municipal de Ciudadanos en el Consistorio peñarandino se ha hecho eco de las protestas vecinales asegurando que “no nos cansaremos de denunciar el estado en el que se encuentra la única pista disponible abierta para jugar, la pista del barrio de San Lázaro, que amanece cada fin de semana en peor estado, cada vez con más destrozos por una falta de preocupación y control. Esperamos que una vez aprobados los presupuestos no se demore la partida destinada a mobiliario, instalando papeleras como mínimo”, afirman desde Cs.

Se da además la circunstancia de que dicha pista está justo al lado del colegio público Severiano Montero e incluso uno de los cuadros eléctricos que ha sufrido la acción de los gamberros se encuentra en la misma valla perimetral del centro escolar.

Los vecinos explican, también, que a raíz de sus continuas protestas se intensificó la vigilancia policial en el barrio pero de manera casi puntual y los problemas han ido agravándose. Lanzamiento de petardos, daños en vehículos estacionados en la zona e incluso enfrentamientos verbales con los adultos que, cansados ya de todo esto, les llaman la atención son otras de las situaciones que se viven en San Lázaro. Desde el Ayuntamiento han asegurado que la Policía Local vigila a diario el barrio para controlar que no se produzcan dichos problemas y que también a diario el servicio municipal de Limpieza retira los restos acumulados en el entorno.

Los afectados coinciden, además, en señalar que la falta de civismo es el origen de todo lo que llevan meses viviendo y que les generan incluso problemas de ansiedad. Teniendo en cuenta que se aproxima el buen tiempo y que si la Covid lo permite se ampliará el horario del toque de queda, en San Lázaro se temen lo peor y reclaman que alguien les escuche. “Es tan sencillo como que respeten a los demás, que lleven la mierda a las papeleras y se comporten”, afirman.

• Temas
• Salamanca (Provincia)