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Un taxi dejando a un mayor a las puertas del pabellón polideportivo de Peñaranda para recibir la vacuna COVID. TRISOL
La vacunación, un alivio para los taxistas de Peñaranda

La vacunación, un alivio para los taxistas de Peñaranda

La escasez de horarios en las líneas de bus obligó a varios mayores de los pueblos a llamar a un taxi para ir a Peñaranda

Sábado, 6 de marzo 2021, 19:59

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La primera jornada de vacunación masiva en Peñaranda dejó una mañana ajetreada para los taxistas que ofrecieron algunos servicios a mayores de los pueblos e incluso de la misma localidad para llegar hasta el pabellón cubierto.

En un sector afectado especialmente por las pérdidas económicas acarreadas por la pandemia, se recibió con satisfacción este puntual aumento de la demanda en el día de ayer.

“Tenemos algo más de jaleo pero está mal organizado porque la mayoría de las personas que traemos tienen dificultades de movilidad, otros no pueden esperar de pie y sólo hay dos sillas de ruedas disponibles para bajarles a la pista del pabellón y luego volverles a subir y ya recogerles nosotros de nuevo”, comentó uno de los taxistas.

Precisamente esos tiempos de espera obligaron a los taxistas a hacer auténticos malabares con los tiempos para poder atender las llamadas que recibieron.

“Las vacunaciones masivas han empezado hoy y tampoco sabría decirte el porcentaje exacto de cuánto puede haber aumentado la actividad respecto a un día normal pero tampoco ha sido una exageración. Iremos viendo en los próximos viernes cómo va funcionando”, añadió el taxista.

La única taxista que hay en Alaraz también estaba ayer en Peñaranda para traer mayores a vacunarse. “En Alaraz, mayores de 90 años que por ejemplo no estén en residencias y ya se hayan vacunado allí hay cuatro, aunque en la franja de 80 a 90 años hay bastantes más”, afirmó.

La escasez de horarios en las líneas de bus que comunican los pueblos con Peñaranda obligaron a un gran porcentaje de los mayores a recurrir a familiares, sobre todo hijos y nietos, para poder desplazarse y muchos de ellos comentaron su deseo de haberse vacunado “en casa” aunque no ha sido posible.

“El viaje, aunque pueda ser corto hasta Peñaranda, les pone más nerviosos, algunos incluso se marean en los coches y habría sido mejor vacunarles en cada pueblo”, dijo un familiar.

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