La intrahistoria de la última vez que se abrió el sepulcro de Santa Teresa

Sobre la apertura que se llevó a cabo en 1914 hay varios relatos como el realizado por el carmelita albense Manuel Diego, que desgrana pormenorizamente en su trabajo «La última apertura del sepulcro de Santa Teresa y los acontecimientos sucedidos en Alba de Tormes (Agosto, 1914)» como se desarrollaron las peripecias de la apertura, que incluyeron una revuelta por parte de los albenses al pensar que se repetiría la marcha de los restos mortales de la Santa a Ávila tal como ocurrió en el siglo XVI.

Así, la historia dice que se abrió el sarcófago que contenía el cuerpo de la Santa los días 16-23 de agosto del 1914 para ser venerado por las carmelitas descalzas del convento y algunos carmelitas descalzos invitados por el P. General, pero sin ser mostrado al pueblo. El fallecimiento en esos día del papa Pio X aceleró el cierre del sepulcro y en ese momento llegó la desconfiada revuelta de los vecinos que incluso llevó a que los Carmelitas cerrasen la iglesia durante unos días.

Tras el monumental lío y para resolver las suspicacias, el P. General decidió abrir de nuevo los dos sarcófagos que contienen el cuerpo de la Santa el día 23 de agosto para que durante un día el pueblo pudiese ver y venerar el cuerpo y convencerse de que seguía en su sitio. De esa doble apertura llevada a cabo en 1914 hay un grupo de fotografías realizadas el 23 de agosto por el Carmelita Eliseo de San José que custodia el Carmelo.

Tres fases de trabajo hasta 2025

La última apertura del sepulcro teresiano, por concesión personal de Pío X, tuvo carácter privado: solo para el entonces General de la Orden, Clemente de los santos Faustino y Jovita, y su séquito, amén de las comunidades carmelitas de Alba, y fue el 16 al 23 de agosto de 1914 cuando se cerró de nuevo en el sepulcro de mármol. Se volvió a intentar en 1981, sin éxito.

Siguiendo la normativa del Dicasterio Vaticano correspondiente para estos procedimientos de intervención sobre sepulcros y reliquias de santos, al obispo de Salamanca le ha correspondido constituir un tribunal Eclesiástico formado por un delegado episcopal que será el padre Francisco Sánchez Oreja, Provincial de la Orden del Carmelo Descalzo (OCD) de la provincia Ibérica de Santa Teresa en España; un promotor de la Justicia cuyo cargo ha recaído en el carmelita Miguel Ángel González, prior OCD de Alba y Salamanca, y un notario que será el cargo que ejercerá sor Remigia Blázquez, superiora de las Hijas de la Caridad de Alba de Tormes. 

Estas tres personas serán las que dirijan las tres fases de la actuación de los trabajos. La primera fase incluye la constitución de un equipo médico - científico, encabezado por el prestigioso profesor Luigi Capasso, en el que participan dos colaboradores suyos. Estos trabajos se llevarán a cabo del 28 al 31 de agosto y la custodia de los restos será en un espacio que se cerrará al paso del cualquiera externo a la comisión de trabajo.

La segunda fase será el estudio de los materiales, que incluirán tanto reconocimiento visual, como toma de fotografías y radiografías realizadas por un equipo especializado y de última generación procedente de Madrid en los laboratorios de Italia por parte del equipo de médicos y científicos. Esta fase se prolongará hasta 2025.

El tercer momento de trabajo se desarrollará en Alba de Tormes, donde se propondrán algunas intervenciones para la mejor conservación del cuerpo y de los objetos sagrados, trasladándose de nuevo la reliquia de la mano de Santa Teresa a Alba de Tormes. Se cerrarán y se sellarán el sepulcro y los relicarios con la ayuda de los orfebres, asegurando su conservación y participando en esta labor el mismo tribunal.

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