Fincas, casas vacías y casetas para celebrar fiestas y sortear el cierre de las peñas

En las últimas semanas, con el Estado de Alarma en vigor, los agentes peñarandinos han realizado intervenciones en varias peñas, las dos últimas en abril, procediendo a identificar a las personas que en esos momentos estaban en el interior y proponiendo también para sanción al dueño del local.

Mantener las peñas cerradas da lugar a la habitual picaresca de buscar otros lugares para que los jóvenes puedan reunirse y más aún en el caso de los pueblos donde los grupos aprovechan fincas familiares, casas vacías e incluso casetas en el campo para celebrar sus fiestas.

Espacios cerrados en los que es muy complicado mantener la distancia social, la relajación del uso de la mascarilla y costumbres habituales como compartir vasos y botellas son los principales peligros que ahora entraña una costumbre arraigada en numerosos pueblos como es la de contar con peñas.

En Peñaranda durante años el Ayuntamiento intentó que la actividad peñista se limitara prácticamente al mes de agosto ofreciendo el alquiler de carpas para los días de fiesta y buscando que no hubiera locales durante todo el año en los que suelen producirse molestias a los vecinos pero la respuesta ha ido decayendo hasta ser prácticamente simbólica antes de la pandemia.

La reapertura de peñas se contempla en el nivel 1, muy lejos aún en localidades como la propia Peñaranda.