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Fernando García, en primer término, repartiendo material de protección.
El sacerdote salmantino que ha pasado de dar la comunión a mascarillas y geles

El sacerdote salmantino que ha pasado de dar la comunión a mascarillas y geles

El párroco de Macotera, Fernando García, se ha convertido en voluntario de reparto: “He sentido la cercanía de la gente en estos momentos”

Martes, 12 de mayo 2020, 21:02

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Fernando García llegó hace poco más de un año para hacerse cargo de la parroquia de Macotera y ahora vive con sus vecinos los delicados momentos que se están viviendo como consecuencia del coronavirus. El sacerdote no ha dudado ni un instante en ponerse “manos a la obra” ayudando estos días a repartir mascarillas y gel hidroalcóholico entre la población. “Recibí una llamada del Ayuntamiento para preguntarme si podía echarles una mano en el reparto de material y, de paso, ir conociendo a la gente mayor que no puede venir a recogerlo a los puntos de reparto”, explica el párroco.

Fernando García hace, además, hincapié en que “es un acto de servicio al pueblo y no algo pretencioso ni con afán de notoriedad. Para mí está siendo una experiencia muy bonita y estoy sintiendo la cercanía de la gente en estos duros momentos”.

Acompañado siempre de un concejal del Ayuntamiento, Fernando García ha recorrido las calles macoteranas durante el fin de semana. “El Ayuntamiento me ha abierto las puertas porque algunas personas que no salen de casa ni me conocían y otros sabían del cambio de párroco pero tampoco habían tenido ocasión de saludarme, todo ello manteniendo siempre la distancia de seguridad y sin pasar de la puerta”, puntualiza.

“Ojalá pudiera hacer más, desde el primer momento la parroquia se ha puesto a disposición del Ayuntamiento para ayudar en lo que sea necesario, sobre todo de cara a los mayores que no salen de casa, y estamos continuamente en comunicación”, afirma García.

A la espera de que la iglesia pueda reabrir sus puertas aunque sea con un aforo reducido, la imagen de San Roque, patrón de la villa, está siempre alumbrada con velas encomendándose a él para que pase cuanto antes esta pesadilla. “La gente de Macotera ha llevado muy bien el confinamiento pero el miedo al virus sigue existiendo”, concluye.

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