El pueblo de la Sierra que ha tenido que ‘cortar el grifo’ por miedo a quedarse sin agua para beber

No es Candelario la única localidad de la provincia que ha tomado medidas de control del agua para evitar consumos excesivos que puedan acarrear problemas de escasez más adelante. Mogarraz, por ejemplo, tomó la determinación de cortar el agua de las fuentes de la localidad para conseguir estos fines. En ambos casos se pone de manifiesto la problemática que tienen los pueblos de las sierras de Salamanca en materia de abastecimiento. En la zona de Béjar la situación es mejor dada la existencia del pantano de Navamuño que abastece a numerosas localidades de la zona y de la Sierra de Francia (Sotoserrano, Santibáñez o San Esteban), pero no a Candelario. Se da la paradoja de que el pantano se encuentra en término de Candelario, pero el municipio sigue sin estar conectado a su red. En 2016 comenzaron los pasos para solucionar el problema pero, en pleno 2020, la situación se mantiene igual. Tal y como se puso de manifiesto en el pleno celebrado por la Mancomunidad del Embalse de Béjar a principios de la semana pasada, es necesario llevar a cabo un estudio de viabilidad antes de admitir a Candelario en la Mancomunidad. El municipio ya intentó acceder a la agrupación aunque su acceso fue rechazado en aquel momento por considerarse que primero tendría que llevarse a cabo la obra para conectarse, que tenía un presupuesto de unos 2,2 millones de euros. También Miranda del Castañar ha pedido unirse a la Mancomunidad, pero depende del estudio de viabilidad para ser aceptada.