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Exterior del templo de Peñarandilla. TRISOL
El impresionante y desconocido patrimonio mudéjar de Salamanca

El impresionante y desconocido patrimonio mudéjar de Salamanca

La provincia de Salamanca conserva, después de nueve siglos, importantes vestigios arquitectónicos del románico, donde el llamando arte mudéjar ocupa un lugar destacado

Domingo, 4 de octubre 2020, 16:16

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Referirse a Salamanca es hablar de belleza, cultura, patrimonio y enseñanza. Durante siglos, sus calles han sido testigo del devenir histórico de un sinfín de civilizaciones y culturas; en sus plazas se han fraguado innumerables acuerdos, tratados y convenios; de sus magnos palacios y edificios nobles han salido conquistadores, navegantes, descubridores y estadistas; sus conventos y monasterios han dado vida a verdaderos mecenas e impulsores del arte; y las aulas de su Universidad han forjado el carácter y han formado a talentosos científicos, economistas, astrónomos, teólogos, matemáticos, lingüistas, galenos y juristas. Porque Salamanca es algo más que arte y monumentos. Salamanca, incluida su provincia, es parte viva y fundamental de la historia de España, de su vasto patrimonio histórico artístico y de su desarrollo cultural e intelectual.

Instalada en tierra de nadie y cambiando de mano en numerosas ocasiones, Salamanca no fue repoblada definitivamente hasta finales del siglo XI, aunque su afianzamiento no tendrá lugar hasta el siglo XII, época en la que afloran los edificios de estilo románico a imitación de Cluny. Aunque los mayores ejemplos se erigen a lo largo del Camino de Santiago —en su ruta francesa—, Salamanca, con algún retraso, no es ajena a esta circunstancia y hoy en día puede presumir de contar con significativos ejemplos del arte románico diseminados por la provincia. Es más, incluso puede presumir de haber mantenido a lo largo de la historia una manifestación propia de esta zona castellano y leonesa: el mudéjar, que no es más que un románico cristiano realizado por artesanos musulmanes que permanecieron en territorio cristiano. Arte cristiano con estética árabe, ya que siguiendo los cánones de la época lo que hacen estos alarifes es recurrir a los elementos que le son más conocidos: el ladrillo como material constructivo y la madera para cubrir las naves (artesonado), llegando a crear verdaderas joyas.

Exterior de la iglesia de San Juan de Coca de Alba. | TRISOL
Exterior de la iglesia de San Juan de Coca de Alba. | TRISOL

A pesar de que son numerosas las iglesias y ermitas mudéjares que se han perdido con el paso de los siglos, Salamanca cuenta con un buen puñado de manifestaciones —hasta un total de 16, casi una cuarta parte del románico que se conserva en la provincia— diseminadas por las comarcas de Alba de Tormes y de Peñaranda. En el caso concreto de Alba, que es el que nos ocupa, los templos que se conservan forman parte del patrimonio y del uso litúrgicos de las localidades de Alba (con dos iglesias muy representativas), Coca de Alba, Gajates, Galleguillos, Peñarandilla, Pedrosillo de Alba y Turra de Alba.

Todos estos edificios forman parte, hoy en día, de una Ruta del Mudéjar promovida por la Diputación de Salamanca y que está dando un buen resultado entre los amantes del patrimonio histórico. “Para nosotros es un patrimonio muy querido que promocionamos cada vez que tenemos la ocasión”, señala el diputado delegado de Turismo y Patrimonio de la Diputación de Salamanca. Javier García Hidalgo reconoce que el mudéjar se ha convertido “en uno de los nichos más representativos del patrimonio de Salamanca, de ahí que nos volquemos por dar a conocer todas sus potencialidades”, subraya.

Imagen exterior de la iglesia de San Juan, de Alba de Tormes. | EÑE
Imagen exterior de la iglesia de San Juan, de Alba de Tormes. | EÑE

Tanto es así, que la Diputación ha editado una guía con la Ruta del Mudéjar, al tiempo que cada templo seleccionado cuenta en su exterior con una señal interpretativa con las peculiaridades del inmueble y un código QR que ofrece un paseo singular por el interior del templo.

Esta primera aventura patrimonial nos lleva por tres de esas localidades y su ejemplaridad como referentes del románico-mudéjar que sentó cátedra en un momento muy convulso y en una zona geográfica muy determinada. Arranca esta singular visita en la villa de Alba de Tormes. La ciudad ducal fue, en su día, un foco más que relevante del románico-mudéjar con una gran cantidad de parroquias. El historiador Manuel Gómez-Moreno llegó a decir que “constituyen una agrupación interesantísima de obras moriscas, con caracteres de arcaísmo tan pronunciados que pudiera reconocerse en Alba un foco de origen de esta peregrina arquitectura”. El paso del tiempo no ha sido nada benévolo con la localidad y en la actualidad solo se conservan dos de estas edificaciones. Por un lado está, la Iglesia de San Juan, un monumento declarado Bien de Interés Cultural (BIC) y que hoy en día puede considerarse como una de las joyas monumentales de la provincia de Salamanca y uno de los máximos exponentes de la arquitectura mudéjar en España. Tanto es así, que su construcción, que data de finales del siglo XII, sirvió de modelo a un gran número de templos erigidos en los siglos XII_y XIII en la comarca. En la actualidad, de aquella primigenia iglesia solo se conservan el ábside y parte de los muros.

Sin salir de la villa, esta ruta por el mudéjar nos acerca hasta la Iglesia de Santiago, el templo más antiguo que se conserva en la villa ducal que en su día fue lugar de enterramiento de personas notables y hoy está desacralizado.

Imagen del Apostolado de piedra de la capilla mayor de la iglesia de San Juan de Alba de Tormes. | EÑE
Imagen del Apostolado de piedra de la capilla mayor de la iglesia de San Juan de Alba de Tormes. | EÑE

Dejamos Alba y unos 15 minutos en coche (15 kilómetros) nos plantamos en Peñarandilla, donde nos recibe imponente la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, uno de los templos más bellos del mudéjar salmantino, en el que se funden elementos góticos y mudéjares. Y para finalizar esta primera ruta por el Mudéjar, nos plantamos, en apenas seis minutos (3,5 kilómetros), en Coca de Alba, para descubrir otra de las joyas del mudéjar, la Iglesia de San Juan Ante Portam Latinam, preludio del gótico.

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