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El adoquín, dueño y señor de los suelos de Peñaranda

El Ayuntamiento apuesta por un elemento constructivo tradicional como éste para renovar la imagen de los principales espacios públicos del municipio

Domingo, 11 de julio 2021, 23:48

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La transformación de grandes espacios urbanos que se está llevando a cabo en los últimos años en Peñaranda de Bracamonte tiene un denominador común en casi todas ellas como es la recuperación de un elemento constructivo tradicional como el adoquín.

El origen del adoquín se remonta nada menos que 25 siglos atrás y cartagineses y romanos ya los utilizaban en sus grandes vías para dotarlas de rapidez y duración. En la localidad peñarandina se emplearon durante décadas en las calzadas de las calles, de hecho la céntrica calle Ricardo Soriano se conocía popularmente como la calle “Empedrada”.

El paso del tiempo y la llegada de la pavimentación asfáltica con mezcla bituminosa fue motivando la desaparición de este material aunque quedaban aún algunos ejemplos en las calzadas de la calle Cervantes y de la plaza Nueva.

En pleno siglo XXI el adoquín se impone en Peñaranda y las distintas tonalidades en rojos y grises dan una imagen nueva y unificada al Conjunto Histórico de las plazas, tras la rehabilitación de las de España y la Constitución, con amplios espacios concebidos para el disfrute y paseo del viandante.

La reforma del parque La Huerta, uno de los más emblemáticos de la localidad en el que ya existían zonas adoquinadas, ha seguido también esta misma línea y el nuevo paseo central del recinto se ha conseguido con adoquines de distintos tonos haciendo formas geométricas y con una durabilidad especial para resistir el paso de camiones de orquestas y conciertos que se celebran en La Huerta durante las ferias y fiestas.

A lo largo de este verano se está llevando a cabo, además, la reforma de la calle Cervantes y plaza Nueva donde el adoquín también estará presente en tornos grises, rojos y beige. En este caso la baja económica en la adjudicación del proyecto ha permitido al Ayuntamiento invertir los más de 50.000 euros de dicha baja en soterrar los contenedores y también en mejorar las calidades constructivas llevando el adoquín también a la zona de los soportales de la citada plaza.

Otros espacios urbanos como el entorno del Paseo de la Estación, la entrada al centro parroquial, el acceso desde la carretera de Madrid a la calle Donantes de Sangre, o la plaza de José Santos Borrego también cuentan con zonas adoquinadas.

Los responsables municipales han destacado en este caso la importancia de recuperar elementos constructivos tradicionales como el adoquín y las posibilidades que brinda en estos momentos con una amplia gama de colores para hacer incluso formas en el pavimento.

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