Diversión sin freno con las peñas de Lumbrales durante el Humor Amarillo

Las fiestas de agosto en Lumbrales encaran en esta semana sus días grandes, pero la tarde de este domingo dejó una inolvidable competición de humor amarillo que ofreció dosis de destreza, sana competitividad y descaro por parte de todos los participantes. Tal fue el grado de implicación que la fiestas se contagió de la arena a las gradas, con un público volcado en animar cada prueba, con bailes e incluso alguna que otra ola.

Los cinco equipos, de seis participantes cada uno, estaban integrados por jóvenes de distintas peñas de la localidad, prestos para batirse en duelo durante cuatro simpáticas pruebas. La primera de ella consistió en pasar sobre unos cilindros para, una vez alcanzada la otra punta del hinchable, llevar a saltos un muñeco de goma hasta su cesta correspondiente.

La segunda prueba fue, sin duda, una de las mas aplaudidas de toda la tarde. Dos competidores tenían que atravesar un breve camino con obstáculos, para después sortear la «montaña» y de ahí dirigirse a un palo alrededor del cual debían dar diez vueltas antes de afrontar un sprint final. Algunos de los jóvenes mostraron un sentido del equilibrio extraordinario, mientras que alguno que otro acabó chocando contra los hinchables al internar mantenerse en pie.

Las últimas pruebas combinaron la capacidad para explotar globos sin usar las manos, la compenetración entre los equipos para depositar unas pelotas en su caja, montados a caballitos y una alocada prueba de baile, donde la timidez desapareció y la fiesta se apoderó de la Plaza Mayor de Lumbrales. Una divertida cita que hizo acabar el domingo con un buen sabor de boca y con la expectación de lo que está por venir.

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