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El grupo tras una de sus actuaciones en Osaka. D. S.
Ciudad Rodrigo y su Campana Gorda resuenan en Japón

Ciudad Rodrigo y su Campana Gorda resuenan en Japón

José Ramón Cid y su grupo «Charros y Gitanos» ha llevado hasta la exposición universal de Osaka los sonidos, bailes tradicionales y trajes charros causando admiración en el país asiático

D. Sánchez

Ciudad Rodrigo

Sábado, 10 de mayo 2025, 06:00

La música es universal y como muestra un botón. Ciudad Rodrigo y su Campana Gorda resonaron en Japón durante la semana pasada gracias a José Ramón Cid y su grupo «Charros y Gitanos» que participó en una serie de actuaciones en el pabellón de España dentro de la exposición universal que se celebra en la localidad nipona de Osaka. «Ha sido una experiencia increíble», asegura el propio José Ramón que se readapta a la rutina después de más de 30 horas de vuelo.

El grupo mirobrigense llegó hasta Japón a través de una invitación de la Fundación Siglo «ya que querían una muestra de la tradición de nuestra tierra, de nuestro casamiento entre la música tradicional charra y los gitanos salmantinos, con un flamenco un tanto peculiar porque está basado en la tradición musical de Salamanca», explica Cid.

Las actuaciones fueron durante siete intensos días, con tres pases diarios, que han llamado la atención de todos los visitantes al pabellón español. «Cada semana está dedicada a una comunidad autónoma y empezaron con Castilla y León», apunta el tamborilero, «y el público era mayoritariamente japonés y les ha impresionado mucho tanto la música como la indumentaria, muchos han repetido incluso varias veces», destaca con admiración, que destaca que «se han hecho muchas fotos con nosotros y nos aplaudían mucho».

El repertorio abarcó canciones tan conocidas como 'El burro de Villarino', 'Salamanca la Blanca' o 'La Campana Gorda', tan vinculada al ADN de Ciudad Rodrigo: «A los japoneses les ha encantado, la hemos interpretado en una jota charra con bulerías gitanas y ha tenido mucho éxito». Incluso Cid señala que la estructura de los pabellones de madera «me recordaban a los tablaos de nuestro carnaval, con diferencias obvio».

Una aventura inolvidable en la que José Ramón Cid resalta la amabilidad del pueblo nipón. «A pesar de la barrera del idioma, han sido muy amables, nos ayudaban en todo lo que podían y las nuevas tecnologías ayudaban para comunicarnos y hacernos entender».

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