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La clarea y la limonada son dos protagonistas de la Semana Santa en Peñaranda de Bracamonte. Ambas bebidas son imprescindibles desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Pascua en los establecimientos hosteleros de la ciudad.
Desde 1885, se sirven en el restaurante y el bar que regentan Gerardo Díaz y su hermano Vicente Díaz.
«Llevo 30 años haciendo la clarea. Mis tías, Petra y Leandrita, me inculcaron elaborarla de manera artesanal, y realmente es un proceso artesano y folclórico. Empiezo a macerar los jueves y sigo un protocolo exacto de pesos y medidas, es decir, todos los años es la misma», explica el chef Gerardo Díaz.
El Domingo de Ramos, sobre todo después de misa, todos los bares de la ciudad se llenaron de grupos de personas de todas las edades. La clarea y la limonada acompañaron ese momento de resurrección de una ciudad que cada Semana Santa despierta, y que se repetirá el Jueves Santo, Viernes Santo, Sábado Santo y Domingo de Pascua.
«La limonada y la clarea son bebidas de Semana Santa. Es una tradición que perdura año tras año. Está tan arraigada que solo se elaboran para estos días», detalla Gerardo.
«Tengo clientes que me piden que les prepare limonada o clarea en otra época del año, pero no lo hago porque me gusta dar un toque folclórico y festivo a lo que es. Es decir, si las fiestas de Semana Santa se traducen en Pasión, en liturgia... también la limonada y la clarea son una tradición ancestral», anota.
«La limonada es una mezcla de vino con frutas, canela y azúcar, que queda dulce y agradable, y la clarea es una limonada con base de vino blanco y elaboraciones distintas», explica.
Para que ambas bebidas estén en su punto, es necesario que maceren el tiempo justo, ni más ni menos del necesario. «Tienen que macerar las frutas y la canela unos días antes», razona. «Yo las hago los jueves, el jueves anterior al Domingo de Ramos para este día, y también para el Jueves Santo».
Ambas bebidas son, en estas fechas, las estrellas de los bares. «La clarea y la limonada, estos días, sustituyen a la cerveza y a los vinos convencionales». «Yo supongo que, en este tiempo de abstinencia, vamos a alimentarnos con vino dulce y frutas», añade como apunte curioso Gerardo Díaz.
«No hay secretos», asegura Gerardo Díaz. Los ingredientes de la clarea son: vino blanco, limón, naranja, canela, manzana, azúcar, plátano y muy poca proporción de agua. La limonada lleva: naranja, limón, canela, plátano, azúcar y vino tinto.
«Cada maestrillo tiene su librillo», y en el establecimiento de Gerardo y Vicente dicen no tener secretos, porque siguen la receta tradicional.
«Como decía mi tía Leandrita, el secreto es hacerla con los cinco sentidos y con cariño. Si tú la haces con cariño y los cinco sentidos, todos los años te va a salir igual», declara Gerardo.
En el restaurante de Gerardo Díaz, estos días elaboran torrijas, aunque este producto ya se puede encontrar durante todo el año. Este Viernes Santo tienen pensado preparar potaje.
En cada hogar de Peñaranda de Bracamonte, también se mantienen las tradiciones de compartir encuentros culinarios y bebidas de toda la vida.
La ciudad se convierte en estas fechas en lugar de encuentro de los hijos del pueblo que regresan. Los vecinos habituales, otros visitantes, amistades, familiares y turistas podrán disfrutar de estas degustaciones tradicionales si se acercan a los establecimientos de la ciudad.
Otro lugar en el que se podrá ver correr la limonada será el centro social del Ayuntamiento de Peñaranda de Bracamonte, el viernes por la tarde, cuando se volverá a repetir un año más el juego de Las Mecas, que mantiene un grupo de amigos unidos en asociación y que compartirán algunas jarras de limonada, que pagarán las personas que pierdan cada ronda de este peculiar juego.
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