Aparecen 200 molinillos de viento en el castillo de San Felices de los Gallegos

Si la primavera trajo a San Felices de los Gallegos una oleada de cientos de pajarillos que se posaron en los lugares más insospechados, luciendo sus papeles de colores y origamis, el verano ha traído una nueva sorpresa a la localidad: doscientos molinillos de viento que jalonan el emblemático castillo de San Felices, como si se trataran de soldados que guardan firmes su posición.

Daniel Cangas ha sido nuevamente quien ha maquinado esta obra magna para alegrar a los vecinos, en compañía de Amor Fuentes. Entre los dos han montado y colocado meticulosamente el arsenal de molinos, una tarea vertiginosa y cansada teniendo en cuenta las alturas y el número de molinillos. Para ello, han tenido que hacer equilibrios, e incluso un poco de parkour, y se han servido de un potente adhesivo respetuoso con la piedra para no afectar la integridad del patrimonio, pero garantizar la sujeción de los molinos.

«Hay que verlo, porque el sonido que hacen es muy especial, y es precioso ver cómo unos giran y otros no, en función del viento de cada zona», explica Daniel Cangas, quien espera que esta acción, a la que denomina con socarronería «Los Pajaritos 2», recordando la primera iniciativa, llame la atención sobre este valioso castillo, resaltando su importancia y subrayando un símbolo del municipio.

«Esta vez ha sido más fácil de hacer que la otra», reconoce. Además, al haberse colocado en las últimas horas de la tarde, aún con luz, los vecinos han sido testigos en cierto modo de esta nueva manifestación artística que ha conquistado de manera pacífica su castillo. «Hemos usado silicona, un producto que no deja marcas ni daña la piedra, y hemos usado alargadores y hecho equilibrios», cuenta Daniel. «Hemos tenido que vencer el vértigo».

Las primeras reacciones, destaca, «han sido muy buenas». Cuando Daniel difundió la noticia en redes sociales, los niños de la localidad acudieron entusiasmados para ver con sus propios ojos el milagro de los molinos de viento. «La intención es que se queden ahí durante todo el verano», y es que para otoño Daniel y Amor ya están tramando una nueva peripecia que deslumbre a sus vecinos, un «Pajaritos 3», el nombre en clave con el que se moverá el plan.

«Merece la pena verlo en movimiento; parecen soldados», remarca Daniel Cangas, quien estos días recuerda, a su vez, la historia de este castillo del siglo XIII, mandado construir por el rey portugués Don Dinís, y reformado por orden del duque de Alba en el siglo XV. Cabe recordar que este castillo se ha musealizado en el mes de abril y de forma interactiva. Se puede visitar los jueves, viernes, sábado, domingo, y lunes, de 10:00 a 13:00 horas y de 18:30 a 21:00 horas, durante el verano. A partir de septiembre el horario cambiará. Ahora, el interior alberga tesoros e historia, y el exterior refleja el espíritu de unos vecinos orgullosos de su patrimonio.

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