250 kilos de castañas en la gran fiesta otoñal de Villamayor

Villamayor fue en sí una gran fiesta en la que los presentes disfrutaron en torno a uno de los productos por excelencia del otoño: la castaña. La ‘Fiesta de la Castañada’ concentró a cientos de personas en la plaza del Ayuntamiento de la localidad. Dejó de llover y el frío se hizo más llevadero con una buena bolsa de castañas entre las manos

La tarde comenzó con un divertido pasacalles en el que tuvieron protagonismo tanto los tamborileros con su folclore charro, así como las castañeras, caracterizadas con los ropajes típicos de la profesión, vestidas de negro, con toquillas y delantales.

A partir de ahí, la plaza del Ayuntamiento del municipio pasó a ser un lugar de júbilo en el que no faltó algo tan actual como el fotocall, donde, sobre todo los más pequeños, disfrutaron haciéndose fotografías con ‘Asadina’, una castaña de enormes dimensiones que sirvió de animación en todo momento.

El grupo de animación, con Asadina a la cabeza, logró captar la atención de los más pequeños, pero también de los adultos que los acompañaron. Juntos cantaron canciones populares con ciertos cambios en las letras, que en todo momento estuvieron dirigidas y protagonizadas por la castaña.

La guinda del pastel, o en este caso la ‘castaña del pastel’, fue el asado y el reparto de los tradicionales cucuruchos de periódico. Se repartieron hasta 250 kilos de castañas en bolsas de unas 12 cada una, bolsas que tenían un doble departamento para depositar en él las cáscaras y que no manchasen las calles de Villamayor. En la recámara, los castañeros tenían otros 150 kilos, por si a más de uno le daba por repetir.

La fiesta se alargó hasta que se hizo de noche y no dejó de sonar el tamboril, como en tantos municipios salmantinos donde esta es ya una fiesta tradicional.

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