De forma privada. Así fue la primera visita que el infante don Juan Carlos de Borbón cursó a Salamanca el 21 de octubre de 1960. Aquel día, quien llegaría a ser años más tarde rey de España ni siquiera tenía novia oficial, se alojó en el Gran Hotel, visitó la Universidad, las Catedrales y la Base Aérea de Matacán, comió en el Castillo del Buen Amor y cenó en el Palacio de Monterrey.
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Fue una lástima que la siguiente vez que pasó por Salamanca ya fuera rey y viniera acompañado por doña Sofía para la inauguración del curso académico de 1976, porque se llegó a plantear que cursara sus estudios en la ciudad del Tormes. Sin embargo, una camarilla cercana a Franco desaconsejó al dictador que permitiera al infante estudiar en la Universidad de Salamanca.
Después disfrutó en la Reserva de Caza de La Alberca de su afición por las monterías llegando a conseguir un récord del mundo en 1989 al abatir de un solo tiro a un macho de cabra hispánica valorado en 282,5 puntos.
En una visita de la reina a la Universidad pudo comprobar que junto al salón rectoral todavía había una zona habilitada para su marido con una habitación preparada para acogerle. Aquel día varios alumnos de Derecho pidieron a la monarca que enviara a su hijo don Felipe a las aulas salmantinas. Desgraciadamente ni padre ni hijo estudiaron en ellas.