Borrar

¡Santiago y cierra España!

Miércoles, 24 de agosto 2022, 05:00

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Me había prometido a mí mismo darles un descanso estival y aparcar hasta el inicio del curso escribir sobre las peripecias de Vox en el gobierno regional pero, ya lo siento, tengo que dinamitar esta endeble autodisciplina porque la tentación es demasiado poderosa. Resulta que, en su infatigable quehacer para mejorar la vida de los castellanos y leoneses, Vox ha decidido que tenemos que recuperar el 25 de julio, día de Santiago Apóstol, como jornada festiva para toda la comunidad. ¡Qué genialidad, qué astucia! Qué gran aportación para ayudar a paliar la crisis económica que se nos avecina. Estarán en el PP tirándose de los pelos por no haber sido ellos los habilidosos ideólogos.

Encabezados por el capitán Veganzones, andan los de Vox emulando a los aguerridos soldados de la Reconquista y a los valerosos tercios de Flandes con su eterno grito de guerra: ¡Santiago y cierra España! Así que han convocado una reunión para cambiar el calendario laboral. El sacrificado sería el 2 de enero, fecha habitualmente resacosa pero que en el 2023 brilla especialmente al ser un lunes, lo que posibilita que se empiece el año enlazando dos días festivos. ¿Pero quién va a querer un puente, justo en plenas Navidades, si se puede sustituir por el orgullo y el cosquilleo patrio de celebrar el día del patrón de España? Yo les propongo que hagan una encuesta, vinculante, a las puertas de los colegios de Castilla y León. Se darían cuenta los García-Gallardo’s boys que tira más la conciliación que la afiliación.

Aunque no descarten que todo sea una maniobra encubierta para idolatrar a su verdadero líder, el Santiago de pura raza, Santiago Abascal. Ya lo estoy viendo entrar en el hemiciclo de las Cortes a lomos de un caballo blanco, como Dios manda, con su camisa abierta, sus tirantes y su pecho al viento, la barba milimétricamente rasurada, el mentón arriba y la mirada desafiante. La banda sonora se la dejo a su elección. Una pose digna de un cuadro de Ferrer-Dalmau, al que la presidencia de las Cortes contrataría para que inmortalizara la escena con su maestría habitual. Será por dinero.

A mí, por si no me pillan en la encuesta, ya les anuncio que el tema me importaría un higo si no fuera porque denota un revisionismo histórico muy trasnochado. Expedir carnés de españolidad por cuestiones cosméticas como esta es, cuando menos, pretencioso, y no seré yo quien caiga en la tentación de elaborar el decálogo del patriotismo, especialmente cuando es una cuestión subjetiva.

Pero estos son tiempos en los que la política convierte la anécdota en algo capital y se aparcan los verdaderos problemas. Sancho Panza se preguntaba qué tipo de ceremonia era esa de cerrar España, si es que alguna vez estuvo abierta. Le respondió el Quijote: “Qué simple eres Sancho, que simple”. Exacto.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios