Salarios
Según los datos que acaba de publicar el INE, la ganancia salarial anual media en 2017 fue de 23.646 euros, con un crecimiento del ... 2,1% respecto a 2016.
La Encuesta de Estructura Salarial se obtiene del fichero general de la Seguridad Social y del resumen que publica Hacienda sobre las retenciones del IRPF. Una muestra de 28.500 establecimientos que no incluye a los agricultores, ganaderos y pescadores.
El salario “mediano”, es decir, aquella cantidad que divide en dos partes iguales (la mitad que ha ganado más y la otra mitad que ha ganado menos) fue de 19.830 euros, bastante por debajo de la media ya citada. Y es que la distribución respecto al salario no es una distribución equilibrada (como lo es, por ejemplo, una distribución normal, también llamada campana de Gauss) sino que acumula mucha más gente en torno a los salarios bajos.
Las variables que más influyen en el nivel salarial son, como es de esperar, la calificación profesional, el sector productivo, el tamaño de la empresa, el horario laboral, la fijeza en el contrato laboral, la antigüedad...
¿Y el género? Pues mucho menos. Veámoslo sin orejeras: si la “brecha laboral” midiera el efecto que puede tener en el salario percibido el hecho de ser mujer, es decir, la discriminación salarial ceteris paribus, es decir todas las demás variables iguales, esa “brecha salarial” sería insignificante.
¿Por qué? Porque, aunque la diferencia entre el salario medio femenino (20.608 euros) con el masculino (26.392 euros) es notable, de esa media aritmética no se puede deducir que exista una discriminación salarial por el hecho de ser mujer, sino que ello se debe en su casi totalidad a un efecto indirecto. Es decir, que tanto en los sectores mejor pagados (Suministro de energía eléctrica, 120% superior a la media y Actividades financieras, 43.774 euros de media) las mujeres están en franca minoría, mientras que, por ejemplo, en el peor pagado (Hostelería) las mujeres son mayoría, y lo mismo ocurre en las profesiones mejor pagadas (Ingeniería) o en los horarios, más intensos en los varones, o la antigüedad en el puesto de trabajo, pues muchas mujeres cortan sus carreras profesionales cuando tienen hijos.
En otras palabras, esa discriminación directa (“te pago menos por el hecho de ser mujer”) seguramente existe, pero es de menor cuantía. Además, en el Sector Público tal discriminación no existe ni puede existir, pero ese sector público está muy sub representado en esta encuesta.
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