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Tenemos una ciudad envidia del mundo entero, pues Salamanca es conocida en los cinco continentes. Fama ligada a la cultura en la que, nuestra ocho veces centenaria Universidad, tiene muchísimo que ver.

Pero no sería justo olvidar la labor tan importante del Ayuntamiento que ha llevado a cabo en ella, desde que comenzara el periodo democrático. Todos los alcaldes que hemos tenido, de todos los signos políticos, han luchado por actualizar nuestra ciudad y colocarla en el mismo estatus de las ciudades punteras culturales del S.XXI. Gracias a ellos, a sus equipos y a la ciudadanía, hoy tenemos una ciudad maravillosa. Sigue siendo verdad, el “Salamanca, que enhechiza la voluntad de volver a ella a todos los que de la apacibilidad de su vivienda han gustado”, que escribiera Miguel de Cervantes en El Licenciado Vidriera.

Este ojo que observa les asegura que “Salamanca is ready”; está totalmente preparada para ser ciudad referente mundial, pues no sólo ofrece una oferta cultural increíble, sino que tiene un escenario único para pasear, disfrutar, comer, descansar y culturizarse en todos los sentidos, pues hoy cultura, ya está suficientemente descrito, es un sumatorio de aspectos en los que Salamanca es única.

Ciudad Patrimonio de la Humanidad, adaptada a las necesidades de cualquier individuo, independientemente de sus capacidades físicas pues ya se han eliminado infinidad de barreras arquitectónicas; con una enorme, magnifica y buena oferta gastronómica y hotelera. Un Ayuntamiento que dicho sea de paso, enhorabuena a la Concejalía de Cultura por el acierto indiscutible de la oferta cultural que nos ha brindado a los salmantinos en los últimos tiempos. ¡También hay que aplaudir los aciertos, no solo criticar los errores!

Con estas mimbres del Tormes se puede ir a México, a New York, a Sídney o a Pekín... a presentar la inmensa riqueza de esta ciudad.

Pero como toda guapa, la envidia es su peor enemiga. A Salamanca le quieren arrebatar de todo, cultura idiomática (que por cierto dedicaré otro artículo a la ignominia de la gran promesa de hacer aquí la capital del Castellano y de cómo nos ningunean y nos intentan desplazar a nivel nacional en este tema... y todo por esa política miope y rastrera) ¡Qué vergüenza! mientras a los catalanes no se les critica la idea de ir a las Olimpiadas por libre. Y en esa envidia está la incomunicación por tren, otra vergüenza inexplicable y de la que yo especialmente abomino.

Salamanca está mejor posicionada que nunca. Ahora es el momento de dar TODOS el do de pecho para despegar de una vez aprovechando nuestra cultura, nuestra ciudad, nuestra oferta, nuestra limpieza, nuestra ecología y nuestra posición inmejorable dentro del panorama de ciudades interiores en España y el mundo donde poder disfrutar y vivir.

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