Purgas y fichajes
Miércoles, 20 de marzo 2019, 04:00
Cuando quedan unas horas para cerrar las listas de las elecciones generales, los muchos aspirantes a candidatos (y hay pocos puestos de salida), están en ... un sinvivir. Podría aplicarles —irreverente—, lo de Teresa : “Y tan alta vida espero/que muero porque no muero”. Vida no alta, altísima —diputado o senador—, con todos sus privilegios, sueldo, dietas, viáticos y sufragios para el día de la retirada. Para los que tienen el poder de decisión, es la hora de las purgas, los corderos a un lado, los cabritos al otro, la vendetta, operación limpieza, pero también de algunos fichajes que enriquezcan las listas, sean militares, periodistas o profesionales de prestigio. En nuestra tierra, los no seleccionados son como las reses bravas que el ganadero desecha en la tienta, sea de hembras o machos. Les da ¡puerta!, y van al matadero, o se consideran “desecho de tienta y cerrado”.
Detrás de las listas siempre hay un personaje. No sé si al ministro socialista Ábalos le traicionó el subconsciente, pero ha llamado a Santos Cerdán (el tapado navarro que ha cocinado las del PSOE) “el ejecutor”. ¡Y vaya si ha ejecutado!, cual verdugo, empezando por todos los leales a la Sultana andaluza, toditos. Piadosamente, un diario próximo, le llama “el hacedor” (aunque no sea precisamente Supremo).
En Ciudadanos de Castilla y León, el muñidor era Pablete Yáñez, que la lió parda con Silvia Clemente y le han quitado del medio. Pero ojo, que el listo que le ha sustituido, sugiere que Silvia encabece la candidatura del Congreso ¡por Salamanca! Como me permití embromar a un concejal ciudadano: “Vuestros próximos fichajes serán Marcial y Casimiro”, aquellos legendarios y honrados caciques de la Transición, hoy octogenarios.
Quería eludir la cuestión electoral, pero esta mañana (ayer para ustedes), contemplé el indignante acoso que al menos tres de los profesionales, incluido el sectario presentador de “Desayunos TV”, sometían a Cayetana Álvarez de Toledo. Y con que aplomo, cordura y energía —chapeau—, respondió a las preguntas como dardos, y a las malintencionadas interrupciones, preparadas con saña, por esos profesionales progres que, por el contrario, se dejan deliberadamente escapar vivos, incluso airosos, otros personajes impresentables que van a desayunar. Si pudiera votar en Barcelona, sin dudar a Cayetana.
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