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Podemos, hacia la marginalidad

Sábado, 8 de junio 2019, 05:00

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El hundimiento era previsible, pero resulta patético. Tras la deflagración electoral, los cargos de Podemos y sus socios abandonan el barco como las ratas. En ... Madrid Echenique, el abyecto argentino del “chúpame la minga, Dominga”. En Castilla y León se van unos cuantos responsables. Y en Salamanca huyen el secretario de Organización (Álvaro García), el secretario de Política (Antonio Espejo), que ahora se entera de que “el proyecto no da para más”, y otros muchos. Entre ellos el único seriecito, Gabriel Risco, que en el Ayuntamiento hacía honor a su apellido: un peñasco. Su posible, pero no confirmada marcha, tras unos duros zascas proporcionados por los portavoces de los otros tres grupos municipales —con los que él se cebó cuatro años—, daría entrada en el Consistorio, de nuevo, a Virginia Carrera, que perdió las primarias frente a él, y ha perdido estrepitosamente las elecciones municipales con él. Pero lo celebraría porque la extravagante abulense, a la que no se debe tomar en serio, nos seguiría dando a los columnistas suficiente munición.

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