Pensiones en peligro
El ministro José Luis Escribá era hasta hace un par de años un economista solvente, respetado y valorado cuando trabajaba en el servicio de estudios ... del BBVA y cuando presidía la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal. Cuando entró en el Gobierno algunas almas cándidas pensaron que, junto a Nadia Calviño, el prestigioso auditor fiscal estaba llamado a imponer cordura y profesionalidad en un Gobierno trufado de gentes de medio pelo, sectarios unos y legos los otros. Era una esperanza tan ilusoria como pensar que unas gotas de buen vino convertirán una botella de vinagre en un excelente Ribera. Lo habitual en estos casos, y lo que ha ocurrido en estos dos últimos años, es que en el Consejo de Ministros los sabios se han contagiado de los necios y han acabado perdiendo el rigor y la seriedad que traían de casa.
Escribá alertaba de los riesgos evidentes para el futuro de las pensiones en España cuando era presidente de la AIREF, y ahora lo ve todo de color de rosa. Con esas nuevas gafas llegó ayer a Salamanca y se mostró la mar de optimista durante su intervención en el Congreso sobre Economía de la Longevidad.
El titular de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones confía en que los españoles retrasemos voluntariamente la edad de jubilación para evitar que el sistema estalle como una burbuja de jabón en un campo de cactus. Lo que no explicó es cómo van a acabar con el actual sistema que impide a cualquier jubilado obtener ingresos por su cuenta, so pena de perder la pensión.
Dijo el ministro también que “las pensiones de los jóvenes no están en peligro”, una afirmación contraria a todos los estudios y a las más elementales proyecciones. Los demógrafos calculan que en 2050 habrá en nuestro país ocho pensionistas por cada diez trabajadores, el doble que en la actualidad (cuatro por cada diez), y eso no hay sistema que lo aguante, ni voluntario, ni flexible, ni superimaginativo.
Diríase que lo de mentir va en el sueldo de los ministros de Pedro Sánchez, torpes imitadores de las excelsas habilidades del presidente en ese terreno. Lo malo de intentar colar esas trolas cuando tienes como ponente en el mismo congreso a todo un premio Nobel de Economía, es que te pueden pintar la cara. El estadounidense Richard H. Thaler dejó ayer muy claro que aquí las cuentas no cuadran, y que no hay más que dos salidas: o traemos a España más inmigrantes para que trabajen y coticen a la Seguridad, o nos ponemos a hacer niños como si de ello dependiera nuestra vida. La segunda vía, dado que somos el país de Europa con menos nacimientos por habitante (solo estamos por delante de Malta, y habría que investigar qué está pasando en esa isla), no va a funcionar ni a medio ni a largo plazo, y lo de traer extranjeros... aquí los sucesivos gobiernos han demostrado que son incapaces de arbitrar una llegada de inmigrantes ordenada y dirigida a los sectores deficitarios en mano de obra. No hay forma.
Por tanto, el peligro de quiebra del sistema de la Seguridad Social persiste, y cada vez parece más claro que los jóvenes, aparte de cargar con una deuda pública brutal, que Sánchez y sus compañeros de Gobierno se están encargando de engordar como si no hubiera un mañana, tendrán que trabajar más años y cobrarán pensiones más exiguas. Porque la otra alternativa son los planes de pensiones privados, que este Ejecutivo sanchista-comunista se está cargando pegándole cada año un bocado a su capacidad de desgravar en la declaración de la renta, o los planes de empresa, que el Gobierno es incapaz de poner en marcha.
Al final volveremos al calcetín o la caja de zapatos debajo de la cama.
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