Niña Isabel, ten cuidado
“Isabel era una rosa del lugar la más hermosa, una flor bella como el sol y en amor muy caprichosa”, canta Bonet de San ... Pedro, mientras escribo esta columna. En 1989 dos casi desconocidos, sobre todo uno, llegaron a Madrid desde Valladolid para concurrir a las elecciones por los populares. Eran un tal José María Aznar y un tal Miguel Ángel Rodríguez. Contaron con el desprecio y la burla de los socialistas de Felipe González, de otros partidos políticos y de la mayoría de los periodistas de la Villa y Corte. Ambos hicieron de la necesidad virtud y utilizaron el desprecio e ignorancia a su favor y, de pronto, se encaramaron al poder popular y, en 1996, los dos muchachitos procedentes de Valladolid entraron en La Moncloa. Me han venido a la memoria estos recuerdos porque podría estar sucediendo lo mismo con Isabel Díaz Ayuso, que, en medio de la rechifla casi general, poco a poco y utilizando el desprecio de los demás como arma a su favor, está escalando peldaños y hoy por hoy se habla más de ella que de Pablo Casado. Detrás está otra vez Miguel Ángel Rodríguez, director del gabinete de la presidenta de la Comunidad de Madrid, un auténtico experto en utilizar el desprecio de los demás a su favor. También hay que destacar como “aliados” de Ayuso a Pedro Sánchez y su gurú Iván Redondo, empeñados en hacer de “la Niña Isabel” una figura política de primer orden. Puede incluso que desde Moncloa lo estén planteando para ningunear a Pablo Casado, por considerar a Ayuso más débil política y personalmente, a la vez que así fomentan la división entre los populares.
Sin embargo, también puede que el tiro salga por la culata de Sánchez y Redondo. De momento, ayer el periódico francés “Le Figaro” publicó un artículo en el que hacía referencia a la lideresa madrileña, a la que calificaba como “la nueva musa de la derecha española y bestia negra” del Gobierno. Dicen desde París que Ayuso es “el descubrimiento político de 2020”. En los últimos días, Moncloa y los independentistas catalanes han intensificado su campaña “a favor” de la “Niña Isabel”, criticando lo que califican como “dumping fiscal” de Madrid y pidiendo una armonización impositiva en todo el Estado. Cuando lo leí no daba crédito: ¡los independentistas y nacionalistas que siempre reivindican sus peculiaridades y sus diferencias, pidiendo una armonización y que seamos todos iguales! Increíble, pero cierto. Eso sí, lo que quieren es que en Madrid suban los impuestos, en lugar de ser ellos los que bajen los suyos. En cualquier caso, con su campaña han encumbrado un poco más a “Niña Isabel, ten cuidado, donde hay pasión hay pecado”, porque el enemigo acecha, en Moncloa y también en Génova.
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