Borrar

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Hace ya sesenta y seis años que el surafricano Barnard, especializado en EEUU, realizó el primer trasplante de corazón. El paciente duró 18 días. El siguiente, año y medio. Hoy la supervivencia media es de muchos años. El primero en España se hizo en 1968, y el paciente falleció a las 24 horas. El arrogante y arriesgado cirujano que lo abordó - el “yernísimo” -, apellidado Martínez Bordiú, estaba casado con la única hija de Franco. Hoy se realizan con tanto éxito como normalidad. Me gusta destacar que la directora general de la Organización Nacional de Trasplantes, modelo organizativo mundial, es licenciada en Medicina por Salamanca, Beatriz Domínguez-Gil González, hija del prestigioso catedrático de la Facultad de Farmacia de la USAL Alfonso Domínguez-Gil Hurlé (aunque nuestro Viejo Estudio aparezca postergado en algunos rankings).

Recuerdo esto, como ustedes pueden suponer, por el éxito mundial de los cirujanos del “Gregorio Marañón”, y su importante equipo, del trasplante de corazón realizado el lunes a una bebé prematura, apenas dos meses, dicen las reseñas –mayor dificultad–, que a corazón parado y con un grupo sanguíneo incompatible. Comparable a la gesta técnica, el gesto solidario de los padres del bebé donante. El jefe del servicio, Juan Manuel Gil dijo: “Lo único que ves es un ángel de la guarda que te da una oportunidad y te pones a trabajar diciendo, hay que salir de esta”. Será una casualidad, o no, que la trasplantada lo ha sido el mes de las flores y se llame Naiara, de la Virgen de Nájera, en la Rioja Alta, que significa “Reina de las flores”.

Es un triunfo colosal de la pericia, pero también de la vida. A cuantas Naiaras no se las deja nacer porque se detecta un problema que permite a tantas embarazadas usar del mal llamado “derecho al aborto”. ¿Cómo es posible que hace cuatro años otra Naiara de tan solo ocho años, fuera brutalmente torturada por un tío político hasta la muerte “por no estudiar”? Los hombres somos capaces de hazañas extraordinarias y de crímenes horrendos. Hay quienes necesitarían un trasplante de cerebro, y en España está por hacer aquella “Repoblación cerebral” que preconizaba hace mucho en un famoso libro el catedrático de Psiquiatría de Salamanca doctor Llavero.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios