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¡Música, maestro!

Sábado, 11 de septiembre 2021, 05:00

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Me pasa hoy lo que al columnista madrileño que pretendía repetir sus textos. Alegaba que si Raphael cantaba siempre “Yo soy aquel” y cobraba, por qué él no podía reproducir sus artículos cobrando. Miguel Ríos se vuelve a ganar los cuartos repitiendo desde hace cuarenta años un himno de un músico alemán, basado en un poema de otro alemán, cuya existencia desconoce el personal, que cree autor al acartonado granadino. Bueno, pues a los colaboradores no nos dejan repetir ni hacer refritos. Será por aquello del romero León Felipe, para que no digamos los versos “como el cómico viejo”. Entonces uno puede acudir a los aniversarios, como los cuarenta años ayer del regreso a España del “Guernica”, gracias a UCD; o los veinte hoy, del atentado de las torres gemelas de New York (donde cené un buen día con mi hermano Ferreira). Pues no, que los comente su padre, que aquí estamos de Ferias.

Escuchando la retransmisión de la corrida del jueves, sonó “El gato montés”. Sabrán que es el título de una ópera del maestro Penella que se estrenó hace exactamente un siglo en Nueva York, con Pastora Imperio, como la gitana “Soleá”. El título es el apodo del protagonista, el bandolero Juanillo. Mi memoria me transportó al pueblecito salmantino de Villaflores, de donde era el padre de tres hermanas actrices famosas, que púdicamente desdeñaron el apellido paterno, porque el villaflorense estuvo implicado en la muerte de García Lorca. Emma adoptó el apellido del abuelo Penella; Terele, el de una abuela Pávez; y Elisa, el mismísimo gato, ahora en trance de desaparición, “Montés” (Amigos de una generación anterior, aseguraban que un conmilitón suyo entonaba los primeros compases, aprovechando una ventosidad. Siempre descreí de tan escatológica habilidad, como de la que Camilo J. Cela blasonaba, consistente en absorber con el esfínter rectal el agua de una palangana).

Leo a Javier Lorenzo que, también el jueves, “Ópera Flamenca sonaba de maravilla en la acústica de la Glorieta”. Y “Nerva interpretado de manera fabulosa por la Banda Municipal”. Con Mariano Bartol, Fidel Benito y Manolo Estella, acudí a la despedida de Manolo Vázquez en La Maestranza, octubre de 1983. Por tanto, al histórico momento en que, “el brujo de San Bernardo”, toreando en los medios un pupilo de Manolo González, detuvo su faena hasta que acabó el solista de trompeta de tocar el de “Nerva”, para continuar por naturales citando de frente y toreando muy despacio. Se fue por la Puerta del Príncipe.

Uno creció -y se le grabaron en el disco duro para siempre-, oyendo coplas en la radio de cretona; a Von Karajan en el pick up; y a los payasos con su saxofón, en el circo, tocando “En er mundo”. No crean que me paso de castizo. Soy contemporáneo y admirador de los Beatles. Precisamente este año se conmemora el medio siglo de “Imagine”, de su ex miembro John Lennon, la balada más reproducida de la historia. Como saben, se inspiró en un poemario de Yoko Ono, que animaba a imaginar -por poner un solo ejemplo-, “un pez de color nadando por el cielo”. Sucede que no todos “somos una nación, un mundo, una sociedad”, como creía John, porque aparece un etarra con la pistola, o un cabrero con “efluvios de varón y olor de apriscos”, como el de Gabriel y Galán, pero afgano, barbudo, con turbante y fusil ametrallador, y te despabilan. Lennon fue muy “imaginativo”, pero como todo buen progre, un cínico, por inconsecuente. Llamaba a desposeerse de los bienes -¿comunismo?-, pero él vivía y fue asesinado, en una mansión de Manhattan, junto a un lago de Central Park, versión lujosa del casoplón del “soñador” caradura Pablo Iglesias, en Galapagar.

O sea, mejor que suene “Paquito el chocolatero”, que estamos de Feria.

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