Borrar

Mareo y paseo

Miércoles, 20 de mayo 2020, 05:00

Comenta

No quería confesarlo, pero mi deber de columnista me obliga. Ayer, mañana primaveral, pletórica, soleada, a la hora de los mayores, tras un prolongado encierro, ... dejé mi leonera y salí al campo. No a la parcelita familiar de Saint Peter Sur Mer —prohibida por estar a más de un kilómetro—, sino a las riberas del Tormes, donde es tributario el Zurguén. Donde Meléndez Valdés, en letrilla que hoy se antoja cursi, escribió: “Decidme airecillos, / decidme, que haré?, / para que me escuche / la Flor del Zurguén”. Las avecillas a las que invocaba el trasnochado poeta, allí siguen, pero con tantos y tan pródigos frutos de este esplendor, están —diría mi amigo Casamar—, “como mirlas en tiempos de moras”, o sea con zurreta, que depositan en los bancos municipales. Pues allí fui a dar, porque hay un excelente parque, y aquel “arroyo del Zurguén, que no olía bien”, que denunciaron antaño Manolo el gasolinero y tantos vecinos de la zona, está saneado.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Sigues a Alberto Estella. Gestiona tus autores en Mis intereses.

Contenido guardado. Encuéntralo en tu área personal.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lagacetadesalamanca Mareo y paseo