Mandan, pero no saben
En salud ustedes mandan pero no saben” se titula el manifiesto dirigido al Gobierno y a las 17 comunidades autónomas suscrito por las principales sociedades ... científicas (55 en concreto) que agrupan a 170.000 profesionales de la salud. Se trata de un decálogo crítico en el cual se lee, por ejemplo,
Acepten, de una vez, que para enfrentarse a esta pandemia las decisiones dominantes deben basarse en la mejor evidencia científica disponible, desligada por completo del continuo enfrentamiento político. Probablemente el detonante que ha hecho saltar las alarmas haya sido el permanente rifirrafe ente el Gobierno nacional y el de la Comunidad de Madrid, desencuentro que los españoles y especialmente los madrileños no hemos podido entender. Como tampoco se puede comprender que el Gobierno de Sánchez haya despreciado la opinión de los científicos, llegando a inventarse un comité de expertos que nunca existió. Lo cual resulta ser de traca. Aunque, para decirlo todo, el decálogo peca de arrogancia porque también la ciencia fracasó en la detección de la enfermedad y –hasta hoy- sigue fracasando en su tratamiento y prevención.
Y, en verdad, para los científicos esta es mala hora para ponerse a sacar pecho. En concreto, los nuestros han sido incapaces de proveerse a tiempo de un sistema de detección del virus, habiéndose realizado un estudio de seroprevalencia inútil basado en un defectuoso test chino.
No se trata, pues, de echarse las culpas unos a otros, porque el fallo multiorgánico español no se explica sin la burocracia, el corporativismo y la incompetencia que perjudican al sistema sanitario.
Pero es bien cierto que si el Gobierno se hubiera rodeado de un equipo científico no hubiera cometido tantos errores. Tampoco se habría hecho pivotar la coordinación entre el Ministerio y las comunidades autónomas en las autoridades políticas, aunque de ellas sea la decisión final. Una de las claves, por ejemplo, de nuestro sistema de trasplantes que ha funcionado muy bien, entre otras cosas porque había sido crear en cada comunidad un coordinador que era buen conocedor de la materia. De haber contado con una buena asesoría científica, el gobierno no habría mantenido sine die a un portavoz de aparición diaria, que comenzó haciendo una previsión de tan solo unos pocos casos y a lo largo de los meses ha ido verbalizando todas las incoherencias y los vaivenes imaginables.
Aún es hora de crear una comisión asesora del Gobierno compuesta por científicos... pero no se hará.
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