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Lo que España soporta

Miércoles, 27 de marzo 2019, 04:00

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Los ataques a España se producen periódicamente por los mismos. Ahora un López mejicano, 41 senadores franceses, y la izquierdorra patria.

El presidente de Méjico se apellida López porque seguramente un antepasado suyo del Reino de Castilla se llamó Lope, y era costumbre emplear la desinencia “ez” para sus hijos (norma que ha dado tantos descendientes de Sanchos o Rodrigos). A los 500 años de la llegada de Hernán Cortés dice que España debe pedir perdón por los excesos de la conquista. Pues coño, que empiece él mismo arrodillándose. ¿Y los salmantinos? ¿Debemos también pedir nuestro indulto por los Montejo, el padre, Adelantado de Yucatán —nacido y muerto en Salamanca—, su hijo y sobrino? En su discurso —en verso—, de ingreso en la Academia, escribió García Nieto: “Hablan en castellano las siete Salamancas/que alzaron los Montejo en tierras yucatecas”. Su palacio mejicano es la única muestra allí de nuestro plateresco. No le dimos a Méjico, que es el país que más hispanohablantes posee, nuestra sangre y el tesoro del castellano para emplearlo en reivindicaciones de hechos sucedidos hace cinco siglos, que para nosotros son venerables. No piensan así los mejicanos. Yo he palpado su amor incondicional a España. Por poner dos entrañables ejemplos locales, el cariño que dispensan a su ídolo “El Capea”; y he visto llorar de emoción en Guadalajara, capital de Jalisco, a unos aficionados viendo un documental sobre El Viti que me tocó preparar y presentar. Ambos cuajaron en Méjico faenas inolvidables.

Pero en España, como siempre contra la patria, Podemos, ese irreconciliable permanente. Ha hecho de portavoz a favor del indocumentado presidente mejicano, la congresista apellidada Belarra, que entregaría sin recato su Navarra al País Vasco. Sufriendo demandas como la de López o contemplando las tiranías venezolana y cubana, desde la llamada Madre Patria de tantas repúblicas americanas, podríamos repetir aquella queja: “Queridas hijitas mías, ¡qué putas me habéis salido!”.

Lo de los 41 desinformados senadores de la Quinta República, apoyando el procés catalán, ¡desde el país mas jacobino, más centralista de Europa!, es, sencillamente, una guarrada francesa. ¿Pueden ellos imaginar que, a la recíproca, unos diputados españoles alentaran el separatismo de Córcega? Pero España es muy grande. Resistirá todo esto y mucho más.

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