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Esta nueva y sedicente izquierda no pasa día sin que saque alguna novedad. Comentaré hoy la penúltima ocurrencia de la incomprensible alcaldesa de Barcelona, siempre dispuesta a luchar contra viento y marea a favor (¿de quién?) de sus amiguetes, dispuestos a cobrar del Ayuntamiento para resolver problemas sociales. Se trata ahora de reeducar a los varones.

Éste es precisamente el nuevo proyecto de la alcaldesa de Barcelona, anunciado por ella misma el lunes 26 de julio, y que consiste en la apertura de un centro municipal de nuevas masculinidades que empezará a funcionar a partir del mes de octubre. Este centro se encargará de formar a trabajadores municipales y jóvenes, también a otros varones que lo soliciten. “Promoverá y difundirá” modelos de “masculinidad abiertos, plurales y alejados de formas relacionales desiguales o injustas”. El centro “promoverá “las redes de participación entre la población masculina” y, entre otras actividades, se llevarán a cabo jornadas con especialistas para explicar a las familias cómo educar a sus hijos en una masculinidad que se aleje de “la idea desfasada de que los hombres tienen que ser duros”.

Laura Pérez, teniente de alcalde de Derechos Sociales, Justicia Global, Feminismo y LGTBI, ha dicho lo siguiente respecto a la formación que se impartirá en el centro:

“Es una de las medidas más interesantes, porque es evidente que los discursos de odio y las agresiones están muy vinculadas a un modelo patriarcal, y entendemos de que debemos poner en el énfasis en la educación y la revisión de este modelo de masculinidad heredado que tanto daño ha hecho a la sociedad”.

Claro que estas señoras se olvidan de que la mayor parte de las agresiones que se dan en la ciudad condal contra los homosexuales son realizadas por extranjeros, y más concretamente por islamistas, pero hablar así de claro está prohibido. Lo ha escrito en las redes sociales un gay que firma como KeLocura: “Es normal que si traes 250.000 emigrantes para cubrir el cupo y los sueltas en la calle a su bola, al final hagan algo para obtener dinero y poder comer cada día. No solo es a los gays a los que atracan o agreden, pero queda muy bien hacer el postureo para luego sacarse institutos ridículos de la manga para desviar fondos”.

Otro comentarista, From Tabarnia whit love, lo ha resumido certeramente: “Barcelona y Cataluña en general están sumidas en un caos intelectual y social gravísimo desde hace ya demasiados años”.

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