Borrar

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La burocracia que hoy asfixia a la Universidad ha generado demasiados subproductos y mucha mediocridad. No importa tanto la calidad como la desenfrenada capacidad de fabricar papeles que avalen la realización de actividades buenas o malas, importantes o triviales. La Universidad debiera ser un laboratorio de ideas y conocimiento, no una rueda para hámsteres enjaulados que gira y gira para no llegar a nada.

Acaba de cumplirse medio siglo del nombramiento de la Profesora Gloria Begué como primera Decana de una Facultad de Derecho en España. Licenciada en Derecho y Ciencias Económicas, se doctoró tras una estancia de tres años en la Universidad de Chicago que concluyó en 1961. En 1963, fue la primera Adjunta de la Universidad Complutense encargada de un grupo para su docencia. En 1964 fue también la primera Catedrática de una Facultad de Derecho, ya en nuestra Universidad. Recién reelegida decana en Salamanca, dimitió del cargo en 1972 como rechazo a la decisión gubernamental de cesar al Rector Lucena.

Senadora por designación real durante las Cortes Constituyentes, también fue Magistrada y Vicepresidenta del Tribunal Constitucional hasta que concluyó su mandato, en 1989. Entonces pudo ser Rectora fundadora de la Universidad Carlos III, pero prefirió concluir su carrera junto a su grupo de trabajo de la Universidad de Salamanca. Algún Ministro de Educación quiso obtener de ella las claves para la mejora del sistema universitario español, pero cuando supo que la premisa era el coste cero, Doña Gloria le dijo que cero serían también los avances.

La ley impuso su jubilación en 2001, pero no dejó de colaborar con nuestra Institución, que le otorgó en 2004 su Medalla de Oro. Siempre antepuso la atención al alumnado a cualquier otra cosa; nunca rechazó la atención a ningún estudiante. No necesitaba revisar exámenes, pues el resultado de cada uno de ellos iba acompañado de la explicación personal de la nota obtenida.

Si aplicáramos los criterios de calidad prefabricada que hoy enchiqueran nuestra actividad para aspirar a algo en este gremio, muchos de los grandes maestros que hoy son nuestros referentes ni siquiera habrían sido habilitados para ocupar una plaza básica en el escalafón docente. Con toda probabilidad, ése habría sido el caso de Doña Gloria.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios