Fuera de Moncloa hace frío
¿En qué momento romperán el PSOE de Pedro Sánchez y los de Podemos y sus confluencias, incluida Yolanda Díaz, su coalición y comenzarán a ... lanzarse ataques para luchar por una parte del mismo electorado? Esta es la pregunta del millón. La segunda duda es la siguiente: ¿cuál de las dos partes que forman el actual Gobierno de coalición dará el primer paso?
Todo lo anterior viene a cuento de que, durante los últimos días, los sanchistas del PSOE y los de Podemos (entendidos en sentido amplio) han vuelto a tirarse los trastos a la cabeza y andan una vez más a la greña, y no en una, sino en varias cuestiones. Ahí van unas cuantas: la llamada Ley Trans, la Ley de Bienestar Animal, la nueva normativa sobre la vivienda, la investigación por lo sucedido en Melilla.. Y eso sin ser exhaustivo, porque estoy seguro de que si me pongo a ello encuentro bastantes más puntos de fricción. En circunstancias normales y en otro país puede que el Gobierno ya hubiese saltado por los aires dado el gran número de diferencias, así como su importancia, pero aquí, y de momento, no.
Está claro que los problemas de convivencia son muchos, pero de momento hay un interés común muy superior a todo lo demás que se puede resumir en la siguiente frase: dentro del Gobierno están muy calientes, zurrándose un día sí y otro también por cualquier motivo, pero es que, rompiendo el Ejecutivo, unos y otros saldrían de La Moncloa y de los Ministerios, y, fuera del poder, hace mucho, pero que mucho frío.
Por eso los sanchistas, personalizados en Montero la mayor, y los de Podemos, representados por Montero la menor, van a aguantar todo lo que tengan que aguantar, por mucho que se tiren los trastos a la cabeza.
Pero llegará un momento, que vendrá dado por la proximidad de las elecciones, en el que alguno de los dos grupos romperá la coalición por la sencilla razón de que van a competir en esa cita con las urnas por una parte del mismo electorado. Y ahí quiero vez qué es lo que sucede y cuál es la forma y manera en la que se produce esa ruptura. Me da la impresión de que asistiremos a una guerra sin cuartel y que saldrá a relucir el memorial de agravios que han acumulado cada una de las partes a lo largo de estos años (y de los meses que restan).
No obstante, salvo sorpresas de última hora que obliguen a Pedro Sánchez a cambiar su calendario, que pasa por agotar la legislatura para aprovechar el tirón del semestre de presidencia española del Consejo de Ministros de la UE, antes de la cita con las urnas para elegir a diputados y senadores, están las elecciones municipales y gran parte de los autonómicas a finales de mayo.
Quiero ver lo que sucede de aquí hasta entonces, dado que en ellas también van a competir por llevarse una parte del voto de izquierdas. Aunque, insisto, fuera del poder hace mucho frío.
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