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Tudanca, el más sanchista

Y es que el PSOE cree en las primarias, pero poco. Ellos las inventaron, son fieles defensores de ellas, pero no las practican

Miércoles, 8 de enero 2025, 06:00

A Tudanca le han dado la patada para arriba. Nada extraño porque es lo que suelen hacer todos los partidos cuando se quieren cargar a alguien con guante de seda para no hacer mucho ruido. Sánchez no le va a cortar la cabeza sin más al primer sanchista, uno de los pocos «barones» regionales que le apoyó frente a Susana Díaz, uno de los pocos que ha defendido lo indefendible a sabiendas de que el presidente del Gobierno iba en contra de los intereses de esta Comunidad y de que sus decisiones perjudicaban gravemente a Castilla y León y ponían en un aprieto serio a su «barón».

«He dado el volantazo para evitar el choque de trenes», confesó ayer Luis Tudanca en su comparecencia pública para anunciar que no se presentará a las primarias del PSOE regional y deja así el camino libre y sin zancadillas al alcalde de Soria, Carlos Martínez, el único socialista de Castilla y León que ha ganado elecciones por mayoría a pesar de los pesares.

Y es que el PSOE cree en las primarias, pero poco. Ellos las inventaron, son fieles defensores de ellas, pero no las practican, siempre que puedan. Por eso la negociación con el todavía secretario regional de los socialistas, que para evitar las primarias -el choque de trenes que él dice- le habrán ofrecido un cargo, seguramente mejor remunerado y más cómodo que la dirección del Grupo Parlamentario de las Cortes.

A Tudanca le han convencido de que era mejor irse por las buenas a cambio de un buen puesto, bien en alguna empresa pública o como senador autonómico, lo que probablemente tendría efectos no deseados para el senador salmantino Francisco Díaz, nombrado por designación autonómica. Y tal vez tenga que cederle el puesto en el Senado antes de lo previsto, porque no es aconsejable ni para Tudanca ni para el PSOE que sea vapuleado en cada pleno de las Cortes cuando no va a ser ya el candidato y representa la imagen de un perdedor sin futuro político a corto plazo.

Díaz fue uno de los que se apresuró ayer a alabar el trabajo de Luis Tudanca -ya decía el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba que los españoles somos gente que entierra muy bien. Tenía razón-. El senador salmantino, al que no creo que le haga mucha gracia tener que ceder el escaño a Tudanca, recordó con imprudencia que en 2019 «hurtaron con un pacto de la vergüenza» el Gobierno regional al socialista ahora defenestrado por su propio partido.

Por esa regla de tres, supongo que Fran Díaz estará pensando que Pedro Sánchez hurtó a Alberto Núñez Feijóo el Gobierno de España en julio de 2023. Pero entonces sí fue por un pacto de auténtico bochorno político, porque el presidente sigue en La Moncloa gracias al acuerdo con los proetarras y los golpistas catalanes, incluso con los huidos de la justicia por los que ha cambiado las leyes para indultar sus fechorías y es capaz de someterse a los designios de un delincuente como Puigdemont. Al fin y al cabo, Ciudadanos era un partido sin ninguna «tara» jurídica. Por tanto, no se puede comparar un pacto con los naranjas con un acuerdo con Junts, ERC y Bildu.

El senador salmantino se ha puesto nervioso porque Tudanca ya ha dicho que después del congreso del PSOE, que se celebrará los días 22 y 23 de febrero en Palencia, deja de ser portavoz parlamentario en las Cortes y el cargo le reporta cerca de 100.000 euros mensuales que le tendrán que compensar por marcharse sin hacer ruido.

Mucho me temo que Fran Díaz tendrá que sacrificarse y conformarse dentro de poco más de un mes con la remuneración parcial que tenía como primer teniente de alcalde de Peñaranda de Bracamonte.

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