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Paren ya, por favor

Si yo fuera presidente prepararía esta noche la mudanza, cogería a Begoña y a las niñas y me marcharía sin hacer ruido

Miércoles, 4 de junio 2025, 06:00

Si yo fuera presidente, que no lo soy, me iría sin decir adiós, porque la situación que tiene a su alrededor Pedro Sánchez es para salir corriendo si no eres un desvergonzado, cínico o descarado.

Si yo fuera presidente, llamaría hoy mismo a los míos y les confesaría que ni siquiera me atrevo a convocar de nuevo a los españoles para que opinen en las urnas. Me iría bien lejos, a ser posible a uno de esos «paraísos» antidemocráticos del otro lado del Atlántico donde el lugar teniente Zapatero ha preparado el terreno para que todo sea fácil para los dictadorzuelos. Por ejemplo, a la Venezuela chavistas a la que tantos favores le hemos hecho.

Si yo fuera presidente prepararía esta noche la mudanza, cogería a Begoña y a las niñas y me marcharía con nocturnidad y sin hacer ruido porque ya no hay nada que no esté putrefacto después de haberlo manoseado este Gobierno.

Las instituciones sufren el mayor desprestigio desde la llegada de la Democracia. La Justicia es cada vez menos justa, después de que el sanchismo metiera sus zarpas y diseñara leyes «ad hoc», como la de amnistía, para satisfacer a los golpistas que le prestaron los votos para que fuera presidente.

Ya no existe independencia. Si hay que retorcer las normas básicas se hace y se ponen a su servicio todos los recursos del Estado. Por no hablar de que ha borrado de un plumazo la separación de poderes, pilar básico de cualquier democracia. Familia y amigos copan todo con una sumisión fuera de toda discusión.

Ha retorcido las reglas internas del PSOE, hasta el punto de que se ha quedado sin ninguna voz crítica dentro. Ha cobijado a los presuntos corruptos y expulsado a los que discrepan por su falta de ética y moral. Uno de sus damnificados ha sido el que fuera secretario general de Madrid Tomás Gómez, que esta semana denunciaba que él mismo ha sido víctima de las «cloacas» del socialismo. Nada le sorprende de las sucias maniobras mafiosas de la «fontanería» sanchista.

El exmilitante del PSOE ha contado estos días que no le sorprende ya nada porque él mismo vio a Sánchez coger una urna y meterla detrás de un biombo para cambiar el resultado de una votación cuando los «barones» mandaban y lo echaron de la secretaría general.

No hay esperanzas de que eso se repita. Ya se encargó él, con los otros dos del Peugeot, sus antiguos amigos Ábalos y Koldo, de cambiar los estatutos y él mismo se hizo un manual de resistencia que lo ha hecho inmune. Sus ministros van como pollos sin cabeza, publicitando «bulos» para salvar al «puto amo», que diría el ministro Puente.

Pilar Alegría, pobre ministra de no sé qué. Este fin de semana se desgañitaba en amplificar una «fake news» de la factoría de Ferraz. Y el que aspira a ser el contrincante de Ayuso en la Comunidad de Madrid intenta, sin conseguirlo, convencernos de su fantasía de verano: «meter pa' lante» a Ayuso.

Óscar López debe soñar a menudo con Ayuso. Entiendo que tener que enfrentarse a ella en las urnas le quite el sueño, pero el bulo sobre la bomba lapa a Sánchez no ha dejado de ser más que un juego infantil de mal gusto, querido ministro.

López ya dormía mal cuando se tuvo que enfrentar a Juan Vicente Herrera en Castilla y León. Se presentó en lo alto de un risco, al amanecer y en Pedraza para anunciar, sin ninguna sorpresa y con mucho enfado por parte de los periodistas, su candidatura a esta Comunidad.

El revolcón fue monumental. Ahora lo han hecho aterrizar en Madrid y le tiemblan las canillas cada vez que piensa en Ayuso, pero nada va a conseguir con la grave campaña contra la Guardia Civil. Paren ya, por favor.

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