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DE CALLE

Fuera del mapa

Si se actúa con criterios economicistas y de demanda, el Oeste nunca saldrá del agujero negro de las comunicaciones

Jueves, 30 de noviembre 2023, 06:00

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Día de mucha alegría para Asturias y un día triste para Salamanca. La jornada de ayer miércoles quedó marcada para la historia del Principado con la apertura de la variante de Pajares que permite la comunicación con AVE desde Madrid, al mismo tiempo que se conocía la noticia de que el Gobierno sanchista y las operadoras ferroviarias dejan a la capital salmantina fuera del mapa de autopistas ferroviarias en España.

Aquí nos alegramos de corazón por los asturianos, que sin duda se merecen esos cuatro mil millones de euros de inversión para una infraestructura que incluye uno de los túneles más largos del mundo, aunque represente más de lo que el Estado ha invertido en Salamanca en más de cuarenta años de democracia. Recordemos que cuando todavía se hablaba de construir como alta velocidad la línea de Salamanca a Medina del Campo, el coste inicial (en 2009 con el inefable José Luis Rodríguez Zapatero como presidente) se cifraba en 107 millones de euros. Al final, les pareció caro y se limitaron a electrificarla.

Esta provincia no tendrá alta velocidad hasta 2050, entre otros motivos porque el Ejecutivo de Sánchez no ha querido pelear para que llegue en 2040. Para cuando llegue el AVE, si es que llega, ya habrán inventado otro tipo de tren más rápido que no pasará por esta tierra.

El mapa de autopistas ferroviarias, concebido para que puedan circular por ellas trenes que transporten tráilers y semirremolques, también se olvida de Salamanca, a pesar de que esta capital y provincia caminan hacia su conversión en un centro logístico de primer orden. Mirando el mapa que publicamos hoy en las primeras páginas del periódico, se puede observar el 'agujero negro' que en ese proyecto supone el Oeste de Castilla y León, un vacío que debería completarse con una línea desde Portugal hasta Salamanca y que por el momento no aparece.

Y decimos por el momento porque el mapa está en construcción y el organismo estatal de infraestructuras ferroviarias Adif lo está elaborando en función de la demanda de los operadores ferroviarios, de los que Renfe (también controlada por el Gobierno sanchista) es el principal.

Esa estrategia de que sea la demanda la que configure una red nacional de transporte tiene sus peligros. El más evidente, que el mapa no resulte funcional porque los tramos no estén coordinados entre sí. Y el otro, más importante, es que se margina a los territorios menos desarrollados y más despoblados, los que aspiran a recuperar la actividad que los criterios meramente economicistas hicieron desaparecer. Es el caso de Salamanca, que ya perdió en 1985 (con Gobierno socialista) la línea Ruta de la Plata con la excusa de su falta de rentabilidad. Así no hay manera de potenciar el desarrollo de la España vaciada.

A la alianza en defensa de esa Ruta que lideran los ayuntamientos de Salamanca y Cáceres se sumaron ayer los gobiernos de Castilla y León y Extremadura, además de universidades, diputaciones y agentes sociales de ambas comunidades. Todos ellos pretenden ser escuchados por el nuevo ministro de Transportes, Óscar Puente, para hacerle ver la necesidad de incluir la recuperación de la vía férrea antes de 2040.

Necesitarán suerte y mucho insistir. El ministro hasta el momento ha demostrado más facilidad para hablar que para escuchar (fabuloso cuando reconoció que si Sánchez no hubiera necesitado siete votos no habría amnistía). Aunque quizás lo mejor es que se disfracen de terroristas o delincuentes. Así tendrían más posibilidades de ser atendidos por un Gobierno que solo satisface los deseos de esa gentuza.

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