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Opinión

Ni cuentas ni elecciones

Mañueco no podrá aprobar sus presupuestos y tampoco podrá adelantar las elecciones porque en Génova dicen que no toca

Jueves, 17 de octubre 2024, 06:00

Si nos creemos de verdad eso de que los presupuestos son la hoja de ruta para la acción de un gobierno debemos entender que sin presupuestos no se puede gobernar, o se gobierna sin rumbo. La Constitución obliga al Ejecutivo de la nación a presentar su proyecto económico antes del 1 de octubre de cada año y el Estatuto de Autonomía de Castilla y León establece como fecha tope el 15 de octubre, pero estamos acostumbrados a que nuestros dirigentes se salten a la torera este tipo de obligaciones y que aquí no pase nada.

Alfonso Fernández Mañueco ha agotado al máximo los plazos pero ha cumplido al presentar los presupuestos de la Junta para 2025 el pasado martes día 15. Lo que pasa es que hay muy pocas posibilidades de que las cuentas de Castilla y León para el año que viene sean aprobadas en las Cortes.

Por coherencia, los verdes, con García-Gallardo al frente, deberían apoyar unos presupuestos continuistas respecto a los tiempos en los que Vox gobernaba Castilla y León en coalición con el PP, unas cuentas que en esencia mantienen los mismos proyectos con un ligero crecimiento de las partidas. Quizás el único cambio de rumbo se produzca en los fondos destinados al Diálogo Social y el Serla que los verdes tenían atragantados. Matices insuficientes para justificar un desprecio absoluto a las cuentas regionales, pero que permitirán al exvicepresidente y sus procuradores justificar su «no» a las cuentas de Mañueco.

Para empezar, esos 120 millones que la Junta prevé invertir en Salamanca en 2025 son el doble de lo que el Gobierno central anuncia en los últimos años en esta provincia. Anuncio que luego se queda en nada, o en casi nada, porque el Ejecutivo sanchista no solo es rácano a la hora de presupuestar, sino que después no ejecuta ni la mitad de lo que promete. El año pasado, sin ir más lejos, los ministerios sanchistas anotaron 62 millones de inversión para Salamanca, pero al final solo se aplicaron 26 millones. Para el año que viene el Gobierno central volverá a batir el récord absoluto de recaudación tras exprimir al máximo a los contribuyentes con nuevos impuestos, pero esa alegría presupuestaria de ninguna manera llegará a esta provincia, que sigue figurando en la lista negra del sanchismo.

Los de Vox no están por la labor de darle vidilla a Mañueco y votarán en contra, a pesar de que el rechazo del proyecto económico sería un argumento más a favor de la convocatoria anticipada de elecciones autonómicas, algo que no le conviene en absoluto a los de Abascal. De momento Mañueco no apretará el botón rojo porque en Génova tampoco quieren ahora jugarse la baza de las urnas, que las carga el diablo.

Resulta un poco ingenuo pensar que unos y otros deberían atenerse a los intereses de Castilla y León y para la Comunidad son mejores los presupuestos elaborados por el equipo de Mañueco para 2025 que la prórroga de los actuales. En realidad, nadie piensa en los ciudadanos sino en sus estrategias políticas, y estas no pasan por una nueva convocatoria electoral anticipada en la Región.

Para los populares de la Comunidad sería un buen momento para intentar asaltar la mayoría absoluta y acabar así con una aritmética parlamentaria que en la práctica les va a impedir aprobar leyes hasta el final de la legislatura. Mañueco lo tiene todo a favor: un Gobierno sanchista cercado por los escándalos, un Partido Socialista de Castilla y León carcomido por el enfrentamiento con la dirección nacional y con un candidato caído en desgracia, la ultraizquierda en desbandada y Vox buscando su sitio como oposición radical. Pero Feijóo no quiere, qué le vamos a hacer.

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